La huelga general del pasado 29 de marzo supuso una jornada de lucha
contra las políticas de agresión a los derechos laborales y sociales de
los trabajadores, las amenazas y coacciones de la patronal y el
Gobierno, y el inmovilismo pactista de los sindicatos mayoritarios. El
29M fue un paso adelante en la respuesta contra estas medidas, en el que
los trabajadores y trabajadoras seguimos mayoritariamente el paro y nos
manifestamos masivamente. Como es habitual, la reacción no se ha hecho
esperar, y el Gobierno, la patronal y los grandes intereses económicos
han puesto en marcha todo su aparato de propaganda y represión para
criminalizar las protestas, desacreditar la respuesta sindical y tratar
de evitar, mediante el miedo, que defendamos nuestros derechos en la
calle.