La reforma de la Negociación Colectiva supone un nuevo ataque contra los derechos de l@s trabajadores que se une a la Reforma Laboral y a la de las Pensiones.
El paripé de CCOO y UGT de retirarse de la negociación es solo una estrategia de lavado de cara ante sus afiliados, ya que el acuerdo que se va a aprobar se basa en las propuestas de estos dos, mal llamados, sindicatos.
El 23 de junio, a las 20:00 y desde la Plaza del Portillo, los sindicatos CNT, CGT, Intersindical de Aragón y SOA convocamos una manifestación contra los continuos ataques a la clase trabajadora.
Este es el texto del manifiesto:
LA REFORMA DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA: PUNTILLA DE UN RETROCESO HISTÓRICO
Apenas un año después de que el Gobierno aprobase mediante el recurso del “decretazo” una Reforma Laboral histórica por lo mucho que daña y limita nuestros derechos como trabajadores, reforma que como todos recorda re mos fomenta los contratos con despido más barato (de 45 a 33 días, lo cual supone una pérdida económica del 27% para el trabajador) o facilita para el empresario el incumplimiento de los salarios pactados en convenio, por citar sólo algunas de las lindezas más trascendentes, nos encontramos ahora a las puertas de una nueva vuelta de tuerca: la reforma de la negociación colectiva, algo que no tiene precedentes en las últimas tres décadas. Y lo que es todavía peor, quienes monopolizan la supuesta representación de nuestros intereses como clase, es decir, CCOO y UGT, se han mostrado dispuestos a negociar casi hasta el último momento, y cuando han roto las negociaciones han reconocido que era por cuestiones de matiz, no de fondo. Sea como sea, finalmente tendrá que ser un nuevo decretazo del Gobierno el que imponga este nuevo paquete de medidas contra los trabajadores.
¿Qué se pretende con esta nueva reforma?
–Eliminar la prórroga automática de los convenios: Hasta ahora, y ha sido así siempre durante los últimos treinta años, todo convenio cuyo periodo de vigencia terminaba se consideraba automáticamente prorrogado hasta que no se firmase el siguiente con el lógico objetivo de evitar que desapareciesen derechos que se venían aplicando con anterioridad. Si sale adelante la reforma esto nunca más será así, de modo que en los periodos entre convenios los trabajadores nos veremos prácticamente sin derechos.
-Introducir el arbitraje con pacto obligatorio: Se introduce en la negociación de convenios el arbitraje con pacto obligatorio en caso de desacuerdo prolongado, lo cual limita el derecho de huelga al restarle efectividad, dejándonos sin nuestra principal herramienta de presión y lucha por nuestros derechos.
-Aumentar la “flexibilidad interna” de las empresas: O lo que es lo mismo, incrementar la libertad de la empresa para hacer y deshacer a su antojo con los trabajadores. Cuestiones como la movilidad funcional y geográfica, así como los horarios de trabajo, se verán directamente afectadas por esto.
-Desjudicializar los conflictos laborales: Se busca que sean las comisiones paritarias o los servicios de arbitraje quienes asuman funciones que hasta ahora tenían los Juzga dos de lo Social en caso de conflicto laboral, eliminando las pocas vías que tenía el trabajador para poder planificar por sí mismo la defensa de sus intereses en caso de conflicto laboral con independencia de la empresa y de la representación sindical mayoritaria, general mente copada por CCOO y UGT y por consiguiente muy alejada de los intereses del trabajador.
Resumiendo…
Lo que se busca con esta reforma es, en resumidas cuentas, aumentar el poder del empresa rio frente al trabaja dor, limitando nuestra capacidad para plantear la defensa de nuestros intere ses de forma colectiva (lo cual ha sido siempre la base de nuestra fuerza), y favoreciendo que se individualice dicha negocia ción, bajo el falso supuesto de que empresario y trabaja dor parten de condiciones simila res al negociar, lo cual es una mentira flagrante que beneficia siempre al empresario. Todo ello sin olvidar el empuje patronal para que los salarios se vinculen a la productividad, en lugar de hacerlo al tiempo trabajado como hasta ahora, lo cual supondrá mayor presión para el trabajador, y por lo tanto mayor carga de trabajo o, de lo contrario, pérdida de poder adquisitivo.
BASTA YA DE RETROCESOS. AHORA NOS TOCA LUCHAR.