Y los mossos…

Y los Mossos parecen las chinchetas
que se clavan, perdón, en la pared,
las porras como ramos de merced
y en el coco blindadas las coletas.

Felip Puig se refugia tras las tretas
y le dice a Artur Mas que diga usted
los policías me tenían sed,
por eso se lanzaron a abrir grietas.

La ciudad convertida en Puerto Hurraco
de la mano de un Mosso genocida
en el mes de noviembre de Tarraco.

La pequeña quedó inmortalizada.
La sangre en todas partes esparcida,
la niña en el costado golpeada.

Teresa Domingo

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