Sueño con ser libre,
sin ataduras sociales que me condenen
al silencio.
Sueño con no pasar hambre,
mientras mis manos se vacían de trabajo
y la miseria se despunta entre las uñas.
Sueño con derrotar a sus mentirosos
ministros
a golpe de desencanto.
Sueño con la lucha sin tregua.
Sueño con dejar de soñar:
con la sensibilidad de las amapolas
aplastadas en mi camino,
con metáforas calladas, en los poetas
mudos,
aquellos que pierden la mirada
mansamente
entre los juegos de manos
de ciertos dirigentes políticos.
Cristóbal Navarro
