«Nunca se logra mantener el equilibrio»
John Berger, Páginas de la herida
I
Un lugar de (r) ruido,
el pequeño rincón a la escucha
un casi puente, pero todavía
tabula rasa, la punta del habla
la punta de la lengua,
si quisiera llover esta vez
un lugar de ronca tormenta
y también la ligera lentitud
temblorosa
del caracol al escampar en la página.
II
Sobra la paz tus lagrimas el estiércol de La Paz oh, mujeres perdidas en los campos sobre la luz manchada de La Paz poblados murieron como pequeños rizos de mar (ola no navegable) el sobrante del día son espumas no la paz que se ahogó en mercados de productos básicos la partitura de los campesinos es de soja o maíz en las miserias el especulador la huella el sable oh coronel curtido en refriegas Sobre la sobra y la paz La Paz boliviana La plata que no engancharán tus hijos esos piojos sin padre Sobran desánimos y miedos: ¿acaso el viejo o el joven con solapas blancas -patrón de negritos e indios descalzos- no lo saben? cortando con su sable la verdacita verde verdiolvidada verdad sin borde y reseca como un hueso del fruto maduro quizá sea ya tarde para los tallos segados… ¿no lo saben?
por si supieras donde
en poco tiempo hemos peinado la vega
No traigas dinero trae sacos
para meter los restos calcinados de los campesinos rebeldes
(cita olvidada)
ni digas a nadie que hemos vuelto a por más
III
No hay más pérfidos inquisidores
que las palabras.
Blaga Dimitrova
en el diccionario
cada palabra es una sombra
que un tirano o una
huérfana
usarán para defender
su fragilidad o superar el miedo
(sesea) la libertad de la música
su fuga y sus multiplicidades
y reniega de los libretos en Las Óperas
de los Notables
de las batutas de los Directores de Orquesta
que saludan al palco de los grandes Señores
sombra o nota musical nunca guión
de teleserie balbuceo o fracaso jamás
el discurso del rey
silencio antes que elocuencia de spot publicitario
lo no suficiente ni la sobra tan poéticos (patético)
son poesía:
«libérate del éxito» el fulgor
ha eclipsado algunas estrellas
‘la noche con el día no tienen pared’
también del elitismo de la mudez