Mientras los
trabajadores de la limpieza viaria de Madrid paralizan el ERE, el Gobierno aprovechará para limitar el derecho
a huelga.
Redacción | Periódico CNT
Fotografía: Ana Botella Crew
Finalizada la huelga en
el servicio de limpieza viaria y
jardinería de Madrid, tras más de 13 días de lucha, la sensación en el ambiente
refleja claroscuros a la hora de valorar lo conseguido en esta huelga.
Paralizada la gran
ofensiva de las empresas concesionarias que pretendían aplicar un ERE a la
plantilla que afectaba a más de mil trabajadores (casi dos mil según se ha
podido saber recientemente) y una bajada de sueldo del 43%, desde diversos
sectores surgen voces menos complacientes con la situación, es el caso de los
sindicatos Co.Bas y CNT. Ambas centrales sindicales coinciden en que se ha
omitido el despido de 400 trabajadores y trabajadoras en los meses de julio
–con la no subrogación- y octubre –un ERE encubierto con la excusa de bajo
rendimiento-, así como la firma del ERTE de 45 días por año y su respectiva
congelación salarial hasta 2017. Para Antonio Morillo, de la sección de Medio
Ambiente, Limpieza y Jardinería del Sindicato de Oficios Varios de CNT Madrid,
valora como «buena la batalla y felicitamos a
los trabajadores por la lucha pero no compartimos la no readmisión de los 400
trabajadores y animamos a que se lleve a buen término la denuncia por
vulneración del derecho de huelga por sacar el Ayuntamiento a la empresa Tragsa
sin que la fiscalía declarara el incumplimiento de los servicios mínimos y no
existiendo riesgo de insalubridad pública». Sobre esta cuestión, Fernando,
jardinero y partícipe en la huelga por parte de CNT, incide en que «Tragsa está
inmersa en un ERE y sus trabajadores no quisieron hacer de esquiroles, excepto
unas partidas venidas de Ávila y Segovia, y el resto de trabajadores fueron
contratados por la ETT Randstad».
Por su
parte Co.Bas, en un comunicado público, ha denunciado que los sindicatos
presentes en la mesa de negociación (CCOO, UGT, CGT, USO y CSIF) hayan vendido
el acuerdo como un gran éxito y que con la firma aceptan las premisas de las
contratas de que hay causas objetivas para los despidos cuando estas mismas
empresas «licitaron sabiendo el servicio que tenían que cubrir y el número de
trabajadores que tenían que subrogar». Asimismo, este sindicato afirma que «el
ERTE es la antesala del ERE, pues las empresas pueden presentar nuevos ERTEs o
convertir el ERTE en ERE sin necesidad de demostrar causas porque esas ya
fueron avaladas por los representantes de los trabajadores».
Fernando
recuerda que los sindicatos no plantearon en la mesa de negociación la
readmisión de los 400 despedidos, por lo que difícilmente esa reivindicación de
los trabajadores podría salir adelante «siendo unos despidos encubiertos»,
declara. Aun así, para él la huelga ha sido un éxito total «teniendo en cuenta
de los sindicatos que se encontraban en la Mesa. Y es más, no nos han podido
vender la moto porque los trabajadores y trabajadoras estaban muy pendientes de
lo que se negociaba». Cabe destacar en este sentido, la solidaridad mostrada
tanto por los trabajadores, como por aquellos colectivos, asociaciones de
vecinos y la población madrileña en general que han conseguido que la huelga
tenga un gran efecto mediático.
«Una
semana más y la alcaldesa se hubiera encontrado con la paralización de los
servicios mínimos, porque el Ayuntamiento no tiene dinero para más gastos, y
además ahora se le puede unir la huelga de los trabajadores del alumbrado
público», recalca con ese sabor amargo de que las cosas podían haberse hecho
mucho mejor.
Despidos disciplinarios
A todo
ello cabe resaltar que el acuerdo incluye bajas voluntarias y excedencias
incentivadas, lo que a juicio de Co.Bas supone que junto al ERTE las empresas
concesionarias utilizarán despidos disciplinarios por bajo rendimiento debido a
que no habrá personal suficiente para cubrir de forma satisfactoria el
servicio, algo que CNT ha denunciado con la campaña de la hoja.
De
despidos disciplinarios sabe bien Ángel, trabajador de limpieza viaria y
afiliado a la CNT, cuando la contrata OHL le despidió el pasado 9 de octubre
justificándolo por bajo rendimiento, junto a otros 22 compañeros, «en una clara
maniobra orquestada desde arriba» según su propio capataz. Tal es así, que la
empresa alega haberle realizado un seguimiento en el trabajo durante el mes de
septiembre cuando precisamente el trabajador se encontraba de baja. Ahora Ángel
se encuentra luchando por su readmisión con el apoyo del sindicato y con los
encontronazos habituales con UGT, deseosos de correr un tupido velo ante los
despedidos.
Ley de servicios mínimos
Quizás
la mayor muestra del éxito de esta huelga reside en la decisión del Gobierno de
encargar al Ministerio de Trabajo el estudio de una ley de servicios mínimos, a
pesar del abuso de estos propios servicios por parte del Gobierno tanto en las
huelgas generales como en huelgas sectoriales como la que nos ocupa, fijada en
un 40%.
La CNT ha hecho público su
más rotundo rechazo a esta propuesta, oponiéndose a cualquier limitación o
restricción del derecho a huelga y anunciará movilizaciones si es necesario
para evitar esta medida. En este sentido, señala que «los servicios mínimos
deberían ser aplicados exclusivamente en los sectores básicos de atención a la
población». Sin embargo, para el sindicato la intención de esta futura ley no
es otra que «conseguir dejar sin efecto cualquier proceso huelguístico,
cercenando la mayor herramienta de lucha de los trabajadores con leyes
represivas y cantos al civismo».