Las distintas plataformas territoriales de las Marchas de la dignidad habíamos acordado para este 21 de Junio convocar acciones de protesta, de manera descentralizada, que terminaran con concentraciones alrededor de los parlamentos de cada una de las comunidades autónomas. No en vano, si los recortes nos vienen, a modo de paliza, de todas las instituciones del Estado, la protesta debía extenderse y redirigirse a todos los gobiernos del Estado. Como ya rezáramos en las etapas de las marchas del 22M: “Susana y Valderas, también tienen tijeras”.
La acción principal de esta jornada de lucha en Andalucía fue la manifestación que partió de la estación de Santa Justa a las 11:00, para terminar rodeando el Parlamento alojado en el colosal Hospital de las Cinco Llagas. Los puntos de nuestras reivindicaciones también son cinco y su sangre brota del cuerpo real de la sociedad que intenta habitar nuestras tierras. Como una herida abierta en el dormido cuerpo social andaluz, atravezamos al grito de “revolución social” las calles de la capital hispalense.
Además de esta marcha unitaria, se dieron distintas marchas que recorrieron el espacio metropolítano para acabar confluyendo con la manifestación de Santa Justa.
Las entidades de la anarcosindical se volcaron en el acto, destacando, por ejemplo, la participación de sindicatos como el de Pedrera o el de Fernán Núñez. La regional andaluza de la CNT seguirá procurando sumar o multiplicar en la lucha contra el enemigo capitalista que nos ataca por igual a revolucionarios, independentistas o republicanos. En las próximas reuniones apoyaremos, sin dudarlo, la continuidad de la movilización, cueste lo que cueste. El aburrimiento es la mayor derrota que una voluntad libre puede sufrir; es encerrarse en sí misma para consumirse lentamente en la desidia autocomplaciente. Ojalá y los trabajadores y las trabajadoras se cansaran de votar y de dejarse arrastrar.
La protesta de de este 21J terminó con un llamamiento, desde el escenário de los mítines, al orden y la responsabilidad de las fuerzas represivas del Estado, en recuerdo de Carlos y Carmen. Pues podríamos haber sido cualquiera de las personas que allí estábamos. ¡Qué vergüenza que se indulte a criminales auténticos, mientras se usa la violencia para reprimir y criminalizar la protesta social!
Ya en los discursos finales, se apeló, sobre todo, a la necesidad de la unidad de la lucha. Se habló de tomar conciencia de la realidad económica andaluza, que no ha mejorado en nada y que avasalla al trabajador y, sobre todo, a la trabajadora, si cabe aún más explotada. También se habló de un frente popular de izquierdas, que de algún modo ya estamos construyendo. Nuestra tarea debe ser prender la mecha del descontento popular para que las personas luchen diréctamente, asociándose y autogestinando sus vidas, o por lo menos su rabia, si es lo único que les pertenece aún.
Este verano de 2014 organizamos las acciones del otoño; y ésto ya no hay quien lo pare.
¡Que viva la lucha de la clase obrera!