El rector Daniel Peña ha denunciado al delegado de
la sección de CNT en la Universidad Carlos III por el piquete con que se
abrió el conflicto sindical el pasado 28 de septiembre con motivo de su
despido. Los empleados de seguridad de los diferentes campus se emplean
a puñetazos y porrazos contra los militantes de CNT que pretenden
visibilizar las constantes violaciones de los derechos laborales y de la
libertad sindical.
Desde la Sección Sindical de la Confederación
Nacional del Trabajo en la Universidad Carlos III seguimos contemplando
con estupor la deriva fascistoide con la que el rector de dicha
institución, el muy socialdemócrata Daniel Peña, y su equipo rectoral
intentan quitarse de encima el problema del conflicto sindical por el
despido de un afiliado a nuestra organización. No deben estar
acostumbrados a un grupo de personas que se organizan de forma
horizontal y, sin intermediarios, subvenciones o coimas, luchan por
recuperar lo que les corresponde. Deben estar un poco asustados por que
un grupo de trabajadores y estudiantes solidariamente se junten en
asamblea y, sin recibir nada a cambio, lleven más de ocho meses
dedicando sus esfuerzos a señalar públicamente a los responsables del
despido de su compañero y reclamando su readmisión en el puesto de
trabajo que desempeñó durante cuatro años.
En sujetos como los
que gobiernan la universidad Carlos III, acostumbrados a sus jugosos
salarios, sus rankings y sus competiciones infantiles, produce una
enorme desazón el darse de bruces con personas adultas a las que
únicamente les mueven las convicciones y la solidaridad. Esa desazón mal
digerida se convierte en ramalazos de fascismo cuando observan que esa
solidaridad y esas convicciones que ellos desconocen son tozudas y
quienes las defienden no agachan la cabeza tan fácilmente como lo hacen
ellos frente a un complemento retributivo, una invitación a un congreso o
un puesto de relumbrón.
Al rector Daniel Peña y su equipo no les
parece suficiente desvergüenza haber despedido a más de trescientos
trabajadores durante el año pasado. Además, quieren mandar un mensaje
claro a los próximos despedidos: el que se atreva a protestar y defienda
públicamente su puesto de trabajo lo pagará bien caro. Como a alguien
más se le ocurra hacer lo que esos anarquistas de la CNT están haciendo
en la universidad, les echarán a sus perros guardianes en las garitas de
seguridad y en los juzgados para que dejen de molestar y se callen de
una vez la boca. Por eso, han dado órdenes claras a los cabezas huecas
que custodian los campus de Getafe, Leganés y Puerta de Toledo de
reprimir a golpes cualquier intento de visibilizar la injusticia de los
despidos, aunque sea con piquetes informativos o propaganda sindical.
Por
otra parte, el pasado día 18 de febrero al delegado de la sección
sindical de CNT en la Carlos III le llegó una citación del Juzgado de
Instrucción número 8 de Getafe para declarar el próximo 29 de abril en
calidad de imputado en un juicio de faltas. El rector de la Universidad
le ha denunciado por coacciones y desórdenes públicos por haberse subido
junto a varios compañeros suyos con una pancarta al estrado del salón
de grados durante el piquete con que se inició el conflicto sindical
por su despido el pasado 18 de septiembre. Juzguen ustedes mismos (mejor
que el juez que ha admitido a trámite esta absurda denuncia) las
coacciones y los altercados que los trabajadores y estudiantes de CNT en
la Universidad Carlos III provocaron ese día de solemne inauguración
del curso académico:
http://cntuc3m.blogspot.com.es/2012/09/la-cnt-boicotea-el-solemne-acto-de.html
A
partir de hoy día 25 de febrero de 2013, con motivo de la enésima
agresión de los empleados de seguridad a nuestros compañeros, la CNT ha
decidido recrudecer el conflicto sindical que mantiene desde el pasado
mes de julio contra los responsables del despido de nuestro compañero
Javier. Este conflicto no cesará hasta que veamos cumplidos nuestros
objetivos: la readmisión en su puesto de trabajo del delegado de este
sindicato y la retirada inmediata de la denuncia contra él por haberse
atrevido a defender con dignidad su puesto de trabajo.
Veremos quién puede más al final: la represión o la razón.
Nacional del Trabajo en la Universidad Carlos III seguimos contemplando
con estupor la deriva fascistoide con la que el rector de dicha
institución, el muy socialdemócrata Daniel Peña, y su equipo rectoral
intentan quitarse de encima el problema del conflicto sindical por el
despido de un afiliado a nuestra organización. No deben estar
acostumbrados a un grupo de personas que se organizan de forma
horizontal y, sin intermediarios, subvenciones o coimas, luchan por
recuperar lo que les corresponde. Deben estar un poco asustados por que
un grupo de trabajadores y estudiantes solidariamente se junten en
asamblea y, sin recibir nada a cambio, lleven más de ocho meses
dedicando sus esfuerzos a señalar públicamente a los responsables del
despido de su compañero y reclamando su readmisión en el puesto de
trabajo que desempeñó durante cuatro años.
En sujetos como los
que gobiernan la universidad Carlos III, acostumbrados a sus jugosos
salarios, sus rankings y sus competiciones infantiles, produce una
enorme desazón el darse de bruces con personas adultas a las que
únicamente les mueven las convicciones y la solidaridad. Esa desazón mal
digerida se convierte en ramalazos de fascismo cuando observan que esa
solidaridad y esas convicciones que ellos desconocen son tozudas y
quienes las defienden no agachan la cabeza tan fácilmente como lo hacen
ellos frente a un complemento retributivo, una invitación a un congreso o
un puesto de relumbrón.
Al rector Daniel Peña y su equipo no les
parece suficiente desvergüenza haber despedido a más de trescientos
trabajadores durante el año pasado. Además, quieren mandar un mensaje
claro a los próximos despedidos: el que se atreva a protestar y defienda
públicamente su puesto de trabajo lo pagará bien caro. Como a alguien
más se le ocurra hacer lo que esos anarquistas de la CNT están haciendo
en la universidad, les echarán a sus perros guardianes en las garitas de
seguridad y en los juzgados para que dejen de molestar y se callen de
una vez la boca. Por eso, han dado órdenes claras a los cabezas huecas
que custodian los campus de Getafe, Leganés y Puerta de Toledo de
reprimir a golpes cualquier intento de visibilizar la injusticia de los
despidos, aunque sea con piquetes informativos o propaganda sindical.
Por
otra parte, el pasado día 18 de febrero al delegado de la sección
sindical de CNT en la Carlos III le llegó una citación del Juzgado de
Instrucción número 8 de Getafe para declarar el próximo 29 de abril en
calidad de imputado en un juicio de faltas. El rector de la Universidad
le ha denunciado por coacciones y desórdenes públicos por haberse subido
junto a varios compañeros suyos con una pancarta al estrado del salón
de grados durante el piquete con que se inició el conflicto sindical
por su despido el pasado 18 de septiembre. Juzguen ustedes mismos (mejor
que el juez que ha admitido a trámite esta absurda denuncia) las
coacciones y los altercados que los trabajadores y estudiantes de CNT en
la Universidad Carlos III provocaron ese día de solemne inauguración
del curso académico:
http://cntuc3m.blogspot.com.es/2012/09/la-cnt-boicotea-el-solemne-acto-de.html
A
partir de hoy día 25 de febrero de 2013, con motivo de la enésima
agresión de los empleados de seguridad a nuestros compañeros, la CNT ha
decidido recrudecer el conflicto sindical que mantiene desde el pasado
mes de julio contra los responsables del despido de nuestro compañero
Javier. Este conflicto no cesará hasta que veamos cumplidos nuestros
objetivos: la readmisión en su puesto de trabajo del delegado de este
sindicato y la retirada inmediata de la denuncia contra él por haberse
atrevido a defender con dignidad su puesto de trabajo.
Veremos quién puede más al final: la represión o la razón.