Tras tocarle prestar servicio en una mesa electoral como suplente del primer vocal para las próximas elecciones gallegas del 25 de septiembre, Amparo P.D. redactó un comunicado exponiendo los motivos que le llevan a pedir la revocación de su nombramiento. En su comunicado alega lo siguiente:
«Decidí no participar de este sistema, ni votando ni como cargo en una mesa electoral: mi conciencia y mis ideales me lo impiden. Podría enumerar los motivos que me llevan a obrar de este modo y la lista sería muy larga: la desviación de dinero supuestamente público a fines personales, la desigualdad social, las ingentes cantidades de euros destinados a la represión y la muerte… Si aun así considerara que vivimos en un sistema digno con imperfecciones subsanables, no dudaría en participar en él y acercar mi granito de arena en mejorarlo, pero no es este el caso. La corrupción del sistema no afecta a sus accidentes, sino a su misma esencia; es decir, es intrínseca a él.
Soy una persona partidaria de la democracia y, por tanto, de la política que hacemos entre iguales. Y mis iguales son todos los seres humanos. Por eso, no puedo dejar de estar en desacuerdo con el actual sistema político y electoral, no puedo dejar de ver a los políticos profesionales como usurpadores de la soberanía popular y no puedo dejar de pensar que en democracia una persona no renuncia a decidir sobre los asuntos que le afectan porque deposite un voto cada cuatro años. Si a esto sumamos que muchas de las personas que forman parte del poderoso tándem estado-capital y que, por tanto, tienen poder de decisión sobre el resto, ni siquiera concurren a las elecciones, no puedo hacer otra cosa que no visitar ninguna mesa electoral, ni para votar ni para formar parte de ella.
Frente a las elecciones promovidas por el estado, propongo la autogestión y el asamblearismo, la toma de decisiones por consenso que promueve la reflexión en común y el mutuo esclarecimiento sin el que no puede existir la democracia. Solamente así podremos hacer frente al desinterés y la apatía por el público que caracteriza a un sistema que coacciona a la gente para que forme parte de sus mesas electorales.
Por último, quisiera aclarar brevemente algunas cosas. No pretendo buscar trampas y trucos que me eximan de acatar esta orden; por supuesto, tampoco tengo la intención de causar ningún trastorno la quien decida votar. Es un simple acto de denuncia de una situación injusta y, como tal, anda por el mismo sendero que transitaron y transitarán quienes tomaron decisiones similares y quienes lo harán en el futuro. Es una simple decisión que me hace rechazar participar en aquello que asfixia algunas de las expresiones más personales y profundas de mi humanidad: mi conciencia y mi libertad.»
Ante estos argumentos, la Xunta Electoral de zona de O Barco de Valdeorras vino de admitir sus alegatos eximiéndola de la responsabilidad de tener que acudir en el día electoral a la mesa con un escueto pero efectivo comunicado que reproducimos «Admitir dicha excusa por estar debidamente justificada, por lo que no tendrá que desempeñar el citado cargo, quedando liberada de la obligación de comparecer.»