SINDICAL | Regional Norte | Ilustración arriba: CNT Córdoba / Infografías: Laura M. y CNT Comarcal Sur | Extraído del cnt nº 431
El pasado 3 de febrero se convalidó en el congreso de los diputados el real decreto 32/2021 que modifica el Estatuto de los Trabajadores. Dejaremos de lado las habilidades de los representantes electos respecto a las nuevas tecnologías y el voto telemático y nos centraremos en los principales cambios que nos afectan como trabajadoras.
CONVENIOS COLECTIVOS
La reforma de 2012 otorgó primacía a los convenios de empresa frente a los sectoriales en la negociación salarial. Esto suponía que un trabajador podía cobrar menos que otros de su mismo sector si en su empresa se había firmado un convenio que bajase salarios. En esta misma reforma, se suprimió la ultraactividad de los convenios. Los convenios perdían su vigencia si, transcurrido un año desde su caducidad, no había pacto para su renovación.
Con la nueva reforma, los empresaurios mantendrán su potestad a la hora de modificar sustancialmente las condiciones de trabajo. Esto, regulado en el artículo 41 del Estatuto, otorga a las empresas un poder casi omnímodo sobre los trabajadores y deja manga ancha a los vaivenes que pueda sufrir la economía de mercado. El estatuto habla de que «existan probadas razones económicas, técnicas, organizativas o de producción» (¿las probaremos nosotras? No creo) y más abajo añade que: «Tendrán la consideración de modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo, ENTRE OTRAS, las que afecten a las siguientes materias». Es ese «entre otras» el que debe preocuparnos. Tenemos claro que la jornada, el horario, el régimen de trabajo a turnos o el salario entrarían pero ese «entre otras» abre las puertas a las maravillosas experiencias que nos puede deparar vivir en el capitalismo. Pero la redacción de este artículo no es de esta reforma, si no de 1995. Vamos, del siglo pasado.
El problema de la reforma laboral reside en su nombre. Es una reforma, no una derogación. Una pequeña pincelada de color en la escala de grises que la clase trabajadora estamos sufriendo en el mercado laboral desde que comenzaron a aplicar las políticas neoliberales con la reforma del 2012.
Los convenios sectoriales se impondrán en la negociación de sueldos y los convenios nacionales vuelven a tener prioridad sobre los autonómicos. Esto no significa que sea bueno ni malo para las trabajadoras. Todo depende de quien negocie estos convenios. Según un estudio publicado por el Banco de España que analizó los convenios colectivos firmados en España entre 1990 y 2001: La evidencia empírica señala un efecto relevante del ámbito de negociación tanto sobre los incrementos salariales pactados en convenio como sobre la distribución de los niveles salariales por categorías profesionales, establecida en el mismo. En el primer caso, se observa cómo en el nivel intermedio de la negociación (sector-provincial) se llega a incrementos salariales que son, en general, superiores tanto a los que se pactan a un nivel más centralizado (sector-nacional) como a un nivel más descentralizado (empresa). El sistema de negociación colectiva en España: un análisis con datos individuales de Convenios. Documento ocasional 302. Mario Izquierdo, Ester Moral y Alberto Urtasun
Por otro lado, se recupera la ultraactividad. Un convenio seguirá vigente aunque haya caducado hasta que haya un acuerdo, incluso cuando el convenio sea objeto de un arbitraje. Y respecto a las subcontratas, lxs trabajadores de este tipo de empresas quedarán ahora sujetos al convenio de las actividades que desarrollen.
CONTRATOS
La mayor diferencia en este campo la encontramos en la desaparición del contrato por obra y servicio. Este contrato era el que más infracciones acumulaba y su uso fraudulento era habitual para actividades que en realidad requerían contrato indefinido. En teoría, quienes sufran este contrato pasarán a ser indefinidos o fijos-discontinuos antes del 30 de marzo.
Para el contrato temporal, se exige causalidad (mierda otra palabra interpretable) que justifique el contrato y debe constar en él. Si es por causa imprevisible durará seis meses prorrogable a doce por convenio. Si es previsible, solo tres meses. Los contratos de menos de 30 días tendrán una penalización del triple en su cotización.
Para el contrato de formación , se crea la formación en alternancia, para los que no tengan la titulación y no superen los 30 años, con prácticas en empresas y teoría y un máximo de 2 años con limitación horaria y la práctica profesional, para aquellos que hayan obtenido un título en los tres años anteriores al contrato (cinco para discapacitados). Duración entre seis y doce meses con el mismo salario en convenio.
ERTES Y MECANISMO RED
Respecto a los ERTES se reduce el periodo de negociación de 15 a 7 días en aquellas empresas con menos de 50 trabajadores. Luego hay diversas exoneraciones en la seguridad social que recibirán las empresas si dan cursos de formación pero que no analizaré porque parto de la base que el público de este periódico no es empresarial.
Se crea el mecanismo RED. Se usará para ayudar a las empresas a superar problemas cíclicos y sectoriales y debe ser aprobado por el consejo de ministros. No me gusta criticar algo que todavía no se ha probado pero esto decía Pedro Solbes, ministro de Economía el 10 de Enero de 2008 «No hay crisis. Si la hay [en el futuro] y los ciudadanos nos dan la confianza, gestionaremos la crisis» El 3 de junio volvía a rechazar la idea de que España estuviera inmersa en una crisis económica, aunque reconocía que nuestro país atravesaba una situación «grave y preocupante» a la que habrá que prestar atención. Finalmente, el 16 de julio «Es la crisis más compleja de la historia»
DESPIDOS
Todo queda igual excepto para el personal laboral de la administración, que ya no podrá sufrir un despido por causas técnicas, económicas u organizativas.
EN CONCLUSIÓN, el problema de la reforma laboral reside en su nombre. Es una reforma, no una derogación. Una pequeña pincelada de color en la escala de grises que la clase trabajadora estamos sufriendo en el mercado laboral desde que comenzaron a aplicar las políticas neoliberales con la reforma del 2012.