Ramón Acín (1888-1936) fue un artista polivalente y multidisciplinar nacido en Huesca. También fue un importante pedagogo con una importante obra teórica en este aspecto. Desde muy temprano, Ramón Acín destacó por hacer un uso político de sus conocimientos teóricos y artísticos. Militante del movimiento libertario aragonés, podemos decir que la militancia anarquista de Ramón Acín deviene de su profundo humanismo, fruto del cual siempre se opuso a cualquier interpretación sectaria o dogmática del ideal libertario. Este hecho le permitió adquirir un gran prestigio en Aragón como intelectual comprometido, pero con los pies en la tierra.
Muy influyente en su trayectoria fue el viaje que realizó a París en 1926. Su breve estancia en la capital francesa le permitió familiarizarse con las vanguardias europeas, lo que a corto plazo le hizo avanzar en su trabajo como artista, consiguiendo que sus obras adquirieran un cariz más universal, menos pegado al terruño. No obstante, el afán didáctico de su trabajo no dejó de ser una constante y siempre se preocupó porque su trabajo estuviera al servicio del pueblo y del ideal libertario.
Sería precisamente su compromiso militante lo que le causaría la muerte. El 18 de julio de 1936, poco después del alzamiento, Ramón Acín y un grupo de anarcosindicalistas oscenses se dirigieron al Gobierno Civil para pedir armas con las que frenar el alzamiento en su ciudad. El Gobernador les tranquilizó diciendo que la ciudad estaba bajo control. Un día después, las tropas rebeldes del ejército franquista entraron en Huesca, persiguiendo inmediatamente a los militantes más destacados de las organizaciones obreras. Ramón Acín permaneció oculto en su casa hasta el día 6 de agosto. Ese día, sus captores entraron en su casa y comenzaron a pegarle a su mujer. Acín salió de su escondite y se entregó. Ese mismo día, Ramón Acín fue fusilado en las tapias del cementerio de Huesca. Su mujer, Conchita Monrás, sería fusilada un par de semanas más tarde junto a un centenar de antifascistas.
La obra de Ramón Acín y su legado teórico e ideológico, permanecen vivos en su ciudad natal y poco a poco son cada vez más conocidos por los aragoneses. Buena parte de culpa de esa mayor difusión de su trabajo e influencia la tienen la fundación que lleva su nombre y el Museo Pedagógico de Aragón, donde hay una sección dedicada a su figura.
– Publicado en la sección Arte con clase del número 4/10 del fanzine COTARRO.
Fuente:http://transhistoria.blogspot.com.es/2014/03/ramon-acin-irreductible-humanista.html