Cada 1 de Mayo tiene sus propias características que lo hacen diferente. Éste que vamos a celebrar viene precedido de la Huelga Feminista del 8 de Marzo, de ahí el intento de no perder la inercia que nos ha dejado esa histórica movilización.
Para mantener viva esa inercia y darle continuidad reivindicativa en el terreno laboral, sin dejar de lado otros espacios de lucha contra las leyes represivas, conviene no olvidar que nos tenemos que desenvolver en un Estado en el que se izan banderas a media asta por la muerte de alguien que era hijo de una virgen y de un Espíritu follarín; en el que se envían Ministros a desgañitarse cantando “El novio de la muerte” al paso de un muñeco que, por mucha devoción que le tributen, no va a dejar de ser un muñeco; en el que se ridiculiza el concepto de la enseñanza facilitando titulaciones académicas con nulo esfuerzo; en el que se dictan sentencias de vergüenza como la de “La Manada” dejando claro que el patriarcado continúa cómodamente instalado; en el que una tangana de bar pasa por arte de magia a ser convertida en un acto de terrorismo…
Vivimos en un Estado Bananero que navega a merced de la corriente represora. Es un disparate. Que este 1 de Mayo, recogiendo el testigo de la Huelga Feminista, sirva de arranque para ir desmontando este desaguisado.