Con los medios de comunicación culpando a la “anarquía» de la violencia que se desarrolla en Inglaterra, Solidarity Federation de Londres Norte ha lanzado la siguiente declaración como respuesta de una organización anarquista activa en la capital inglesa:
En los últimos días, los disturbios han causado daños significativos a diferentes partes de Londres, en vidrieras, casas y automóviles. Desde la izquierda política, oímos el grito siempre presente de que la pobreza ha provocado esto. Desde la derecha, que gángsters y elementos anti-sociales se están aprovechando de la tragedia. Ambas cosas son ciertas. Los saqueos y disturbios vistos en los días pasados son un fenómeno complejo y contiene muchas dinámicas.
No es una casualidad que los disturbios estén ocurriendo ahora, cuando las redes de apoyo a los desfavorecidos en Gran Bretaña se desmoronan, y las personas son abandonadas en un abismo, golpeadas al caer por las porras de la policía. Pero no debe haber excusas para la quema de casas, para aterrorizar a la gente de la clase trabajadora. Quienesquiera que hayan hecho tales cosas, no deben ser apoyado/as de ninguna manera.
La furia de los Estados es la que es: fea y sin control. Pero no imprevisible. Gran Bretaña ha escondido sus problemas sociales desde hace décadas, acorralados con un piquete brutal de hombres armados.
Crecer dentro de los Estados a menudo significa que nunca se escapará de ellos, a menos que sea en la parte trasera de una camioneta de la policía. En la década de 1980, estos mismos problemas condujeron a Toxteth –disturbios ocurridos en Liverpool por parte de la comunidad de color y la policía-. En los años 90, contribuyó a los disturbios Poll Tax. Y ahora los tenemos de nuevo, porque los problemas no sólo siguen ahí: están empeorando.
El acoso policial y la brutalidad son parte de la vida cotidiana en todo el Reino Unido. Los sistemas de beneficios sociales se han deteriorado y eliminado. Las rentas privadas aumentan, y los puestos de trabajo patrocinados por el Estado utilizados para traer el dinero al vecindario se están reduciendo en nombre de la transformación hacia una “gran sociedad de roles”. La gente que siempre ha tenido muy poco ahora no tiene nada. Nada que perder.
Y el propio papel de los medios de comunicación no debe ser disminuido. En todos los discursos sobre la «protesta pacífica» que precedió a los acontecimientos en Tottenham, los medios de comunicación no hubieran tocado la historia, si todo lo que sucedió se hubiera quedado en una vigilia frente a una comisaría de policía. La violencia policial y las protestas en contra de ella ocurren constantemente. Sólo cuando la otra parte responde con la violencia (contra blancos legítimos o no), es cuando los medios de comunicación sienten la necesidad de dar algún tipo de cobertura.
Así que nadie debería asombrarse de que personas que viven una vida de pobreza y violencia hayan llegado, por fin, a la guerra. Igual que no es ninguna sorpresa que las personas saqueen televisores con pantalla de plasma que son los que les van a pagar un par de meses de alquiler, y sin embargo dejen en los estantes libros que no pueden vender. Para muchos, esta es la única forma de redistribución económica que verán en los próximos años, mientras continúan en una infructuosa búsqueda de empleo.
Mucho se ha hablado del hecho de que los manifestantes estaban atacando «sus propias comunidades.» Pero los disturbios no ocurren en un vacío social. Los disturbios en los años ochenta tendieron a ser dirigidos de una manera más específica, evitando inocentes y centraándose en objetivos más representativos de la opresión de clase y raza: policía, comisarías y tiendas. ¿Qué ha ocurrido desde los años ochenta? Los sucesivos gobiernos han hecho todo lo posible para destruir cualquier concepto de solidaridad de clase trabajadora e identidad. No es de extrañar, entonces, que estos manifestantes combatan a su vez a otros miembros de su propia clase.
Solidarity Federation se basa en la resistencia puesta en práctica a través de la lucha laboral. Nosotros no estamos involucrados en el saqueo, y a diferencia de las reacciones de la derecha, o incluso de los comentaristas con simpatía-pero-condena de la izquierda, no vamos a condenar o condonar a quienes no saben cómo devolverse a sí mismo/as la justa parte de la riqueza que se les ha negado durante toda su vida.
Sin embargo, como revolucionarios, no podemos permitir los ataques a las personas que trabajan, a los inocentes. Quemar las tiendas con viviendas encima de ellas o los transportes de las personas, asaltar y realizar otros actos similares constituye un ataque a nuestra propia clase, y hay que resistirlo con tanta fuerza como cualquier tipo de política de austeridad impuesta por el gobierno, como las alzas de precios por los propietarios, como la intención de los jefes de robarnos el fruto de nuestro trabajo. Esta noche y durante todo el tiempo que sea necesario, la gente debe unirse para defenderse cuando este tipo de violencia comienza a amenazar hogares y comunidades.
Creemos que la ira legítima de los manifestantes puede ser mucho más potente si se dirige de manera colectiva, democrática y no busca victimizar a otros trabajadores, sino para crear un mundo libre de la explotación y la desigualdad inherente al capitalismo.
North London Solidarity Federation