Desde la CNT de Jaén llamamos a la movilización contra la llegada del Papa al Estado español.
Como miembros de una organización comprometida desde hace 100 años
con la defensa de la libertad de conciencia y el librepensamiento,
rechazamos la visita de este jefe de Estado, el Papa del Vaticano, que
figura a la cabeza de una institución que, salvando algunas excepciones,
sigue siendo reaccionaria hasta las trancas. Y lo decimos porque
defiende los privilegios de los poderosos, porque atesora en sus arcas
miles de millones y se lucra a costa de sus fieles (y de los que no lo
somos), porque acoge en su seno a una buena nómina de pederastas y
degenerados que han destrozado la vida de miles de niños y niñas en todo
el mundo, porque sigue defendiendo la superioridad del hombre con
respecto a la mujer y porque su doctrina relativa a las políticas de
control de la natalidad favorece que el SIDA se siga propagando,
especialmente en África.
Desde nuestro Sindicato de Oficios Varios, condenamos especialmente
la tradicional infiltración de la iglesia católica en las aulas de los
colegios públicos o financiados con dinero del pueblo (concertados).
Rechazamos de plano el adoctrinamiento religioso fuera de los templos y
apostamos por una enseñanza laica, científica y racional. Y por eso
seguimos exigiendo que la religión salga de la escuela.
Ahora bien, si al principio llamábamos a la movilización, desde la
CNT de Jaén, como anarcosindicalistas que somos, comunicamos que no
vamos a participar en la manifestación que bajo el lema “Por un Estado
laico”, recorrerá las calles de Madrid el día 23 de octubre. Creemos
que, a pesar de compartir buena parte de las reivindicaciones de fondo
de los convocantes, dicho lema imposibilita la participación de los
militantes anarquistas y anarcosindicalistas que cotidianamente peleamos
desde nuestras organizaciones por una sociedad libre de la lacra de las
religiones (sufriendo, como en el caso del compañero Julio Reyero y la
CNT de Toledo, represión por ello). Sencillamente, no podemos caminar
detrás de una pancarta que reclama un determinado modelo de Estado,
porque, al día de hoy, seguimos siendo enemigos de él.
Consideramos que el Estado no tiene que ser ni laico ni confesional
ni de ningún tipo, sino que, sencillamente, debe desaparecer. Pensamos
que el Estado, al igual que la iglesia católica, se ocupa de reprimir,
adoctrinar y proteger los privilegios de las oligarquías. El Estado es
una tecnología social al servicio de los que mandan y poseen.
Como anarcosindicalistas, pensamos que el Estado es enemigo de los
trabajadores y las trabajadoras, pues su esencia es el mantenimiento de
la sociedad de clases. Es el Estado el que sostiene la dictadura de los
capitalistas (en occidente) y los burócratas (en los regímenes
socialistas). No queremos por encima de los trabajadores y trabajadoras a
nadie, ni a capitalistas ni a vanguardias políticas y vividoras.
Por otro lado, consideramos el “culto” al Estado de buena parte del
movimiento laicista como una extensión de la filosofía ilustrada de la
pequeña burguesía y, por tanto, como una tendencia ideológica extraña a
la clase obrera. No consideramos al Estado como garante de los derechos
humanos y la convivencia, sino justo lo contrario.
Esa es nuestra manera de ver las cosas. Que cada uno actúe en conciencia.
¡Arriba lxs que luchan!
Secretaría de Acción Social de la CNT-AIT de Jaén