Desde CNT Burgos nos solidarizamos con el compañero despedido hace meses de la empresa Transport Sanitari de Catalunya (TSC), integrada en el grupo HTG (Health Transportation Group), al cual también pertenece Ambulancias Rodrigo. Lo hacemos nuevamente ya que en Febrero de este 2020 también nos concentramos por el mismo motivo y el conflicto quedó en suspenso debido a la emergencia sanitaria de la COVID-19. Como en aquella ocasión, la actitud de la empresa sigue siendo la de NO al diálogo ni la conciliación sino que se limita a ofrecer dinero para cerrar la boca al compañero y al sindicato. Esa oferta es precisamente un indicativo de que saben que incluso la vía judicial les es desfavorable y prefieren arreglar el tema poniendo dinero encima de la mesa… Será la costumbre. Como explicamos entonces, el despido fue orquestado de unos modos que calificamos de repugnantes, metiendo por medio a pacientes con enfermedades graves y crónicas, demostrando una ausencia total de escrúpulos y humanidad. El motivo, el habitual: las denuncias y reclamaciones por el reconocimiento de condiciones dignas de trabajo que interpuso nuestro compañero, buena parte de ellas reconocidas por la propia empresa o por Inspección de Trabajo. TSC, y por ende HTG, Ambulancias Rodrigo y todas las demás empresas del grupo, tienen que tener claro que la única solución que podemos aceptar como válida es la readmisión del compañero despedido. El conflicto laboral no puede quedarse en los juzgados, ni en las empresas donde se generan. Tienen que salir a los barrios y contar con la clase obrera. Si no quieren entender, les daremos en qué pensar.
Estamos en un momento delicado y difícil para la sociedad en su conjunto y para la clase trabajadora en particular. Hemos visto como durante esta crisis de la COVID-19, las personas que han estado al pie del cañón enfrentándose al virus en jornadas maratonianas y de una dureza física y psicológica sin precedentes, han sido nuevamente las pertenecientes a un sector del que nadie se acuerda hasta que no sucede esto que llamamos emergencia sanitaria.
Los aplausos han estado bien, dando ánimos y empujando cada mañana a las trabajadoras y trabajadores a acudir a sus puestos de trabajo con algo de fuerza debido al reconocimiento de su labor, pero NO es suficiente. Llevamos años de recortes en la Sanidad Pública, cada vez son mayores las intromisiones del sector privado en lo público con la ayuda indiscutible de partidos que pretenden destruir la Sanidad tal como la conocemos, precarizándola más aún si cabe, con el riesgo que supone para toda la población (a la vista está con la reciente y latente crisis sanitaria).
Concretamente en el sector del Transporte Sanitario, servicio a la población que pagamos entre casi todas, la situación viene complicándose desde hace tiempo debido a la juventud del sector y a la gran cantidad de empresas prestadoras del servicio. Una de esas empresas es Health Transportation Group (HTG), a la cual pertenece Ambuibérica, matriz de Ambulancias Rodrigo (Burgos). La empresa está sustentada por fondos buitre (Investindustrial y ProA Capital) quien se ha quedado con casi la mitad de los concursos públicos del Estado, promoviendo un monopolio en el sector del transporte sanitario, que sólo puede traer perjuicios.
Estas empresas, lejos de mejorar la calidad de la asistencia y las condiciones de trabajo (durante la crisis sanitaria, en Burgos, se redujo el sueldo de los trabajadores del servicio de urgencias de ambulancias en 100€, en el concepto de dietas y kilometraje), se están dedicando a saquear las arcas de la sanidad para lograr el máximo beneficio privado para sus inversores.
No podríamos haber llegado a la situación actual sin la “colaboración” de la clase política. Los concursos no se están respetando y las condiciones laborales se están ignorando y bloqueando sus mejoras, quedando patente que políticos y empresarios no pueden dirigir la sanidad.
Esta es la situación de día de hoy, pero de nosotras depende cambiarla.
¡¡¡Por la readmisión y el fin de la privatización de la Sanidad PÚBLICA!!!