Año nuevo, mentiras viejas
Acabamos de cambiar de calendario y los creadores de opinión no han resistido la tentación de cerrar el año sin una de sus noticias impactantes sobre anarquistas. Si en 2013, allá por mayo, anunciaban la detención de un peligroso grupo anarquista, excusa de la policía para poner partas arriba el local del Ateneo Libertario de Sabadell, 2014 no podía quedarse sin el recordatorio de la «amenaza ácrata». Igual que hacen los médicos con las vacunas, el sistema necesita inocular «vacunas recuerdo» vía telediario para prevenir la extensión de epidemias en la población, en este caso de ideas.
Una vez más, los medios de comunicación han arrojado a la sociedad la idea de que el anarquismo es un movimiento sinónimo de terrorismo. En el telediario de Televisión Española sin ir más lejos, tras una introducción de varias noticias sobre terrorismo yihadista (el de verdad, el que asesina a la población civil), y tras la repetición hasta la náusea de la palabra «terrorismo», la presentadora enlazaba con total naturalidad, como si el parentesco fuera evidente, con la noticia de «otra operación policial, en este caso contra el terrorismo anarquista». Tras el titular, los ingredientes de la receta tradicional para cocinar noticias sobre anarquistas: «atentados con artefactos explosivos», casas okupas, etc.
De esta manera las acciones atribuidas, de las que no se informa – por algo – pero que podemos suponer sin temor a equivocarnos que no pasan de algunos daños materiales en sucursales bancarias, o cosas por el estilo, son magnificadas mediante la comparación con masacres en países sacudidos por el integrismo religioso. Más si cabe en el contexto que introduce la Ley Mordaza, en el que se puede condenar a las personas no sólo por actos que hayan realizados, sino por los que puedan llegar a realizar.
Como dijo alguien, «una mentira repetida mil veces se convierte en verdad». Pero a quien sepa leer entre líneas no se le escapa que ni el orden de presentación de las noticias, ni la elección de ciertas palabras, repetidas como un mantra, eran casuales. Sin duda la fórmula no nos ha sorprendido. Si en los diarios de finales del s. XIX y principios del XX se representaba a los anarquistas caricaturizados con gorro ruso y una bomba en la mano, los mass media de hoy, adaptando la estética a los tiempos, continúan caricaturizando al anarquista como amenaza para la sociedad.
La conclusión de la lectura entre línas es otra. El ciclo de protestas surgido con la crisis potenció entre las personas movilizadas dos visiones más o menos diferenciadas en cuanto a vías de transformación de la realidad. Una, la que seguía confiando en lo institucional y otra, la libertaria, formada por los anarquistas y anarcosindicalistas de siempre y por muchas más personas que, sin ser conscientes de ello y sin tener una autodefinición claramente anarquista piensan y se organizan bajo principios libertarios.
La primera de esas vías ha sido canalizada, y más tarde o más temprana desactivada, por la socialdemocracia resucitada y encarnada en Podemos. No preocupa al poder porque aunque suponga un cambio de «régimen», el sistema permanecerá, si acaso tendrá que someterse a algunos ajustes que no le impedirán recuperar terreno en algún tiempo.
Pero la otra vía, es la que el sistema estima como potencialmente peligrosa porque demuestra que el pensamiento libertario está en el ADN de muchas personas, sin necesidad de que hayan leído a los clásicos ácratas o hayan tenido una juventud punk, y que pueden extenderse de manera natural. De ahí su necesidad de «intervenciones quirúrgicas» que extirpen a ciertos individuos escogidos, y den ejemplo al resto de lo que puede pasar si se alejan del pensamiento único. Eso sin contar con la inoculación de miedos en el conjunto de la sociedad, para desviar la atención de todas las miserias de los políticos y oligarcas de turno.
Contra toda esta maquinaria de criminalización y manipulación es necesaria la solidaridad, es algo evidente. Pero además de esto debemos tener en cuenta un factor fundamental para poner freno al efecto tanto de montajes sensacionalistas, exageraciones y «noticias impacto» como ésta (que ni ha sido la primera ni será la última), como del día a día de despidos y EREs, represión sindical y desmantelamiento de derechos sociales, multas salvajes, etc. Nos referimos al desarrollo de nuestros propios medios de información y análisis. El movimiento libertario, asambleario, antiautoritario, horizontal, debe mantener y potenciar sus propios medios, no solo como instrumentos de comunicación internos sino también proyectándolos al conjunto de la sociedad, de manera que sea posible para cualquier persona acceder a una información libre de la intencionalidad y la intoxicación de las empresas periodísticas, voceros del ideario capitalista. En esa tarea estamos, y pese a las dificultades, CNT seguirá esforzándose y aportando su granito de arena para combatir las mentiras del sistema y para difundir las realidades de las y los que luchan.
Secretariado Permanente del Comité Confederal
En este número:
- Portada | Corrupción en la administración
- Sindical pág 3 | Continúa la agitación obrera con nuevas huelgas
- Economía pág 12 | Moneda social y alternativa
- Actualidad pág 14 | Proces Embat. Hacia un anarquismo organizado
- Global pág 19 | Escándalo laboral en Alemania
- Memoria e Historia pág 22 | Videla y su relación con la monarquía española
- Cultura cuadernillo central | Entrevista a Antonio J. García de Quirós sobre el documental «Memoria Viva»
- Opinión pág 26 | Sobre Podemos, las marchas de la dignidad y pancartas polémicas
- Contraportada | Nuestros locales // Badalona: bienvenidos a FAIlandia