La CNT y la lucha por la igualdad en este 8 de Marzo
La Reforma de las pensiones aprobada el mes pasado es una vuelta de tuerca más de las múltiples agresiones que de forma ininterrumpida venimos sufriendo la clase trabajadora desde que la crisis económica se instaló en nuestras ya de por sí precarias y débiles condiciones laborales y sociales. Esta Reforma es el mejor ejemplo para constatar con rotundidad que la desigualdad entre hombres y mujeres sigue siendo una constante y por tanto un objetivo contra el que luchar. Quizá con más fuerza y precisión de como lo hemos ido haciendo hasta ahora por lo que sigue.
No es muy difícil de deducir. El actual mercado laboral sigue arrinconando en condiciones y oportunidades a las mujeres y todo el universo femenino, y a poco que se analice esta nueva reforma constataremos que está concebida sobre la premisa de la discriminación, y de nuevo las mujeres son las más perjudicadas.
Las mujeres siguen copando el porcentaje más alto de contratos eventuales y parciales, además de situarse en un 29,9% frente a un 3% de los hombres, son las mujeres el colectivo que mayoritariamente se acoge a este tipo de contratos por el cuidado de personas dependientes u otras cargas familiares1. También son el grueso de la economía sumergida y de ciertos trabajos, como la asistencia a domicilio y el trabajo en el hogar, poco reconocidos social y laboralmente. El desempleo también se ceba con diferencia con las mujeres. Las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Trabajo allanan esa diferencia debido a que cientos de miles de hombres han perdido su trabajo en sectores tradicionalmente masculinos (como son en cabeza de esta lista, la construcción seguido por la industria). No obstante estas mismas estadísticas no dejan margen para la duda: del incremento en 2010 de paro de 370.100 personas, el femenino fue de 217.400 y el masculino de 152.700 personas.
Si es el colectivo femenino quien se acoge con una mayoría abismal a la reducción de jornada por cuidados de un menor o dependiente, quienes solicitan la reducción de la jornada laboral, los permisos retribuidos por maternidad, así como los no retribuidos y le sumamos lo anteriormente descrito sobre la eventualidad-temporalidad y parcialidad en las jornadas de trabajo y a todo esto le sumamos que aún en este país la incorporación de la mujer a ciertos sectores laborales sigue siendo nula, el resultado es obvio: será el colectivo que acceda a las pensiones más bajas por tener un itinerario laboral y de cotización visceralmente inferior al del colectivo masculino. Es la discriminación salarial la que sigue marcando la pauta general. Las bases de cotización son menores y por lo tanto el computo final dará como resultado lo que hasta ahora y en estas dos últimas décadas ha sucedido, las pensiones más bajas o las no contributivas seguirán siendo patrimonio de la mujer.
La última puesta de largo del Pacto de Toledo, léase Pacto Económico y Social ha reparado en esta cuestión. Recoge algunas medidas para equilibrar y seguir con sus políticas de igualdad y equidad, revisando los complementos por reducción de jornada por cuidado de un menor, y ampliando a tres años la posibilidad de excedencia, cotizando, o los 112 días por cada parto. Estas medidas, aparte de no solucionar nada, están perpetuando el rol asistencial del colectivo femenino. La interrelación entre capitalismo y patriarcado, dos sistemas de dominación y explotación siguen siendo los regímenes bajo los que hoy vivimos en pleno siglo XXI. Dos modelos que a lo largo de la historia han contribuido bajo diferentes civilizaciones a regir un mundo donde la libertad y la dignidad han brillado por su ausencia. Sistemas de opresión que han ido reformulándose y adaptando sus mecanismos y órganos de ejecución, encontrándose completamente integrados y asimiliados en la sociedad que hoy vivimos.
Ser Mujer hoy sigue implicando una serie de desigualdades que sólo por una cuestión biológica y de una concepción-construcción social por categoría de género se traducen en conflictos, dificultades, discriminación, desigualdad y pobreza.
Problemáticas que padecen con mayor presión en todos los ámbitos espacios: trabajo, familia, educación, vida social, sexualidad, salud… A lo largo del siglo XX dos movimientos han sido capaces de remover las estructuras del sistema, el anarcosindicalismo/anarquismo y el feminismo. Los dos, aunque con trayectorias diferentes, han sido y siguen siendo movimientos paralelos que trabajan desde y por una perspectiva de cambio y transformación social.
Del mismo modo que el sistema ha integrado en sus filas al sindicalismo, hizo lo propio con otros movimientos asociativos y también con el feminismo, pero entre todas las corrientes siguen existiendo grupos, colectivos y organizaciones que no han claudicado y siguen desarrollando un ingente trabajo político y teórico adaptado a las circunstancias de nuestro tiempo, sin perder la capacidad crítica y su autonomía. La mujer del siglo XXI no sólo se subordina al sistema desde unos presupuestos clásicos e históricos como ha sido la función asistencial y reproductora. Hoy la mujer occidental sirve al sistema desde los mismos preceptos que el hombre. Se alista al ejercito, su cuota de poder está presente en la política, la economía, las fuerzas represivas, los cargos de poder en las administraciones e instituciones del estado y del ámbito privado…
Pero también la mujer está en la lucha laboral y social, contra los ERE, los despidos, los problemas sociales, las revueltas que agitan el mundo entero en las que su protagonismo, compromiso y presencia son una realidad alentadora, un ejemplo para la sociedad y una llamada a la conciencia colectiva y de clase. El X Congreso de la CNT, revisó, actualizó e incorporó nuevos acuerdos y estrategias sobre las cuestiones del universo femenino, reconociendo y ampliando su campo de acción y lucha contra el sexismo y el patriarcado. Mujeres y hombres integramos indistintamente la afiliación, el compromiso, la ilusión y la lucha en los sindicatos, pero debemos abordar con mayor atención y énfasis todo lo relacionado con los problemas que afectan específicamente a las mujeres. Tenemos la certeza de que integrar las luchas feministas al igual que las luchas de otros colectivos reforzará las
herramientas de nuestra Organización en su lucha por la igualdad y la libertad.
Secretariado Permanente del Comité Confederal
—
1 63,33% según la EPA correspondiente al primer semestre de 2010
En este número destacamos:
- Portada // Autogestión y lucha obrera en la revuelta egipcia.
- Gaceta sindical y económica // Trabajadoras en lucha por sus derechos en el trabajo: el ejemplo de Mercadona; Represión sindical en Hospital San Pedro; La presencia de CNT en la limpieza – El sector en Sevilla: cronología y balance; Las pensiones, entre el presente y el futuro (y II)
- Global // Magreb al rojo vivo; Participación de la USI-AIT en la huelga general del 28 de enero.
- Memoria e Historia // Evaristo Viñuales Larroy y Lorenza Sarsa Hernández. Historia de amor y revolución de dos maestros oscenses (y II)
- Actualidad // Ordenanzas Municipales vs Libertad de Expresión. La lucha continúa…; El fracaso escolar y su necesidad; La propaganda electoral en los centros públicos de la comunidad de Madrid
- Opinión // Vagos, sablistas y maleantes; Mass media y difusión libertaria: un análisis
- Cultura // «La incautación de los cuerpos, los patrimonios y la mente” El plan de exterminio fascista que se ejecutó en el pueblo onubense de Moguer, bajo el microscopio
Más sobre el 8 de marzo: Descárgate el dossier La Mujer en el s.XXI / CNT.