Eduardo Vivancos (Barcelona, 19 de septiembre de 1920) falleció, cumplidos los cien años, en Toronto, Canadá el 30 de diciembre de 2020, después de una larga y activa vida como anarquista, cenetista y libertario.
Procedente de una familia obrera, con 14 años comenzó a trabajar, y a estudiar por las tardes en la Escuela del Trabajo de Barcelona, donde se afilió a la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL) y a la FECL (Federación Estudiantil de Conciencias Libres). En el año 1935, se hizo miembro de la Confederación Nacional del Trabajo.
En septiembre de 1936, en pleno ambiente revolucionario durante la Guerra Civil, aprendió esperanto en un curso organizado en el Ateneo Enciclopédico Popular, lo que será a lo largo de su vida un aliciente y herramienta utilísima en su labor como libertario e internacionalista.
En 1937 comenzó a estudiar en el Instituto Obrero de Barcelona, pero mintió sobre su edad para poder incorporarse a espaldas de su familia al frente en la 26 División, antigua Columna Durruti. En febrero de 1939, tuvo que exiliarse. Pasó por los campos de refugiados de Vernet d’Ariège, Argelès, Bram, Agda y otros, en los cuales intensificó sus contactos con refugiados cenetistas y su labor por el esperanto. Coincidió allí por ejemplo con Jaume Grau Casas, miembro de la Academia de Esperanto y redactor principal de la «Kataluna Antologio» (antología de literatura catalana traducida al esperanto).
Sin embargo, su labor principal más conocida ocurrió tras el final de la Segunda Guerra Mundial ya en París, donde formó parte del comité para crear una Internacional Juvenil Anarquista, a instancia de la FIJL. Se decidió la creación de un boletín, que por su carácter internacional se redactaría en esperanto, y que recibió el nombre de «Senŝtatano» (el que no tiene estado). Vivancos fue uno de sus redactores, junto con Germinal Gracia. Desde esa plataforma contactó con libertarios esperantistas de muchos países, entre los que es de mencionar Eugenio Lanti, el líder de Sennacieca Asocio Tutmonda, la asociación de los obreros esperantistas.
En 1954 Vivancos emigró a Canadá con su familia. En Toronto se adhirió a la ADEC (Asociación Democrática Española Canadiense), que realizó durante muchos años acciones contra el régimen franquista. Así, se organizaron conferencias entre las que participaron entre otros Federica Montseny y Enrique Tierno Galván. En 1968, dentro de la campaña internacional de boicot al franquismo, se opuso vehementemente a la celebración en Madrid del Congreso Universal de Esperanto, que incluso nombró a Franco como protector honorario.
Vivancos regresó por primera vez a España solo en 1976, pero siguió viviendo en Canadá, manteniendo contactos con antiguos cenetistas y libertarios en general de España, Norteamérica y otros países. Ya ciego, pasó sus últimos años en una residencia de Toronto, desde donde se mantuvo activo con muchos de esos contactos, y con su hermana Juliette y su sobrina Sylvie, también activas en el movimiento libertario y esperantista de París.
La tierra te sea leve. Quienes te conocimos nunca te olvidaremos.
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