No a las 65 horas

Tras más de dos siglos de lucha, tras tanta sangre derramada en la conquista de unas condiciones de trabajo medio dignas, se ha abierto el debate a nivel europeo sobre la posibile amplicación de la jornada laboral a 65 horas, acordadas entre patrón y trabajador.

No a las 65 horas

La necesidad de asegurar la competitividad empresarial destaca como argumento de los estados favorables a esta opción cuya ejecución, en principio, dependería de los gobiernos estatales. Pero dentro de no mucho tiempo, cuando las desigualdades entre los estados se agudicen y se esgrima que la causa es la jornada laboral, ¿qué harán gobiernos como el español, que en principio se ha negado a apoyar esta iniciativa? Sólo un cambio de opinión ante una crisis económica creciente o la alternancia política en el Ejecutivo convertirán en realidad este inadmisible planteamiento. Además, la posibilidad de ampliar la jornada laboral, sin que exista el menor motivo para ello, dará excusa a la patronal para rebajar los derechos y condiciones salariales: en el marco de una crisis –que deriva inevitablemente en un incremento del desempleo–, los empresarios tendrán a su disposición un arma cargada para conseguir más por menos precio (si no aceptas 13, 15 ó 18 horas diarias de trabajo, mantén a tu familia con lo que puedas), a la que hay que sumar el retraso en la edad de jubilación que sí se plantea en España.

Esta iniciativa, además, no sólo atenta contra la conquista histórica de los derechos de los trabajadores. También contra la esencia del ser humano, porque borra de un plumazo la posibilidad de dedicar tiempo a la formación, al ocio, a la vida personal y familiar… ¿Será otra vía para crear votantes consumistas e ignorantes? Se nos reduce, una vez más, a máquinas de producir para otros.

Pero desde CNT no lo vamos a consentir. Y seguiremos luchando por una jornada laboral de 30 horas.

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