Naranjas en la nieve

COLUMNISTAS | ABEL ORTIZ

En Ceuta han matado gente y no ha sido nadie. Soy director general de la Guardia Civil y no hay quien me desmienta. Avanzaba la noche que noche nochera, de dos en fondo la benemérita. La playa de fina arena, de plomo las calaveras.

Mataron a Lorca también, claro, por señalar con el dedo; es de mala educación. Catorce muertos. Negros. Extraña pesca. La blanquitud vigila fronteras cromáticas para que el hambre del otro  se quede tras las vallas, vagando por desiertos, deambulando por montes no muy lejanos. Sombras nada más.

Fronteras que acuchillan. Fusiles matapobres. Las pantallas del imperio tertuliano. Cuerpos que flotan entre disparos. Aquí empieza Europa, en caliente. Lampedusa. Cámaras de vigilancia que miran a otro lado. Cuerpos que flotan entre disparos.

En el Tarajal insultan desde la playa a hombres exhaustos antes de devolverlos a Marruecos a empujones, Ilegalmente. Al oeste del Pecos manda el ministro del Opus. Miente, es una pulsión. Miente el gobierno, no ha hecho otra cosa.

Criminales. Delincuentes. Mafiosos. La creme de la creme. Cruzados próvida. Papones con antorchas. Viva el orden y la ley. Vivan las revoluciones de colores.

¿Alguien oyó alguna vez hablar de subalpinos? ¿De Despeñaperros para abajo viven los submesetarios? ¿Somos todos subpirenaicos? ¿Es obligatorio hablar la lengua del imperio?

Todo por la patria, dicen ellos. Todos por las patrias, escribía Manuel Alexandre, el actor que en más ocasiones ha hecho papeles de anarquista, en las paredes que Berlanga llevó de París a Tombuctú en su última película. Todos por las patrias. Sin fronteras.

Cuerpos que flotan entre disparos. El presidente del gobierno, amigo del director general de la Guardia Civil, se fuma un puro viendo la champions. Le llama el ministro del Opus, a ratos de Interior. Cuerpos que flotan entre disparos. En una estrecha vía de mar…

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