No
sabemos las razones por las que el poder establecido parece intentar, a
estas alturas, investigar el entramado mafioso de Indra. Las podemos
suponer, pero la verdad es que nos da lo mismo, no nos importa si son
las escupideras del poder como El Mundo o El País
quienes destapan los negocios criminales de esta empresaca. El caso es
que al fin se empiecen a destapar… avisamos, hay más, mucho más…
invitamos a investigar al azar un par de contratos cualquiera con el
ejército… podemos asegurar que incluso aunque esta sin duda falsa
transparencia se quede en la superficie, o se limite como lo hace a las
cloacas del poder político, donde Indra es una potencia, mejor pedimos
palomitas porque estará más que interesante.
Parece ser que Ignacio González, el padrino de la mafia política madrileña, no se limitaba a usar a Indra para pagar sobresueldos a los jueces madrileños, un caso en el que el CGPJ no vió delito a pesar de reconocer el delito, así es el circo judicial, también pagaba mediante Indra, usada como fondo de reptiles, un término muy apropiado, toda clase de maniobras para lavar su imagen en las redes sociales, tirando de caja B.
Así es el poder, y así es Indra, de la que los poderosos aprovechan
todo, y sus esbirros, porque en un fondo de reptiles lo suyo es
encontrarnos con esos moradores, como los directivos que recientemente han sido imputados por falso testimonio en juicio laboral.
Lo llaman empresas, pero son mafias, lo llaman democracia y es
engaño, lo llamán justicia y sólo es represión. Frente a todo este
aparataje aún llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, y lo
hacemos realidad a cada instante.
