Ante el castigo que nuestro compañero David está sufriendo por
reclamar sus derechos, el sindicato del Metal, Minería y Química de la
CNT de Madrid ha decidido movilizarse.
La empresa responde con las herramientas que los políticos ponen a
sus alcance (esta vez ha sido la última Reforma Laboral la que ha dado
cobertura al terrorismo empresarial) y decide trasladar al compañero a
un centro de trabajo situado a 600 kilómetros de su localidad o
despedirle con veinte días por año trabajado si no acepta. Esta
represión está motivada por una actitud coherente con la defensa de los
derechos de los trabajadores llevada a cabo tanto por el compañero como
por el SOV de Barcelona de la CNT. Y porque ya había interpuesto varias
denuncias ante la Inspección de Trabajo.
Con esta estrategia la empresa busca que los trabajadores sean dóciles y sumisos castigando y reprimiendo al que se defiende.
El sindicato responde a esta agresión llevando el conflicto a las
puertas de Tecosa, empresa en la que David venía realizando labores de
mantenimiento en el aeropuerto de Barcelona, y de Siemens, a cuyo grupo
pertenece esta empresa.
El jueves 13 fuimos ante las oficinas de Tecosa en Barajas. Allí
denunciamos la situación del compañero, dejamos claro que iba a contar
con la solidaridad del sindicato y que se lo recordaríamos en el futuro a
la empresa cuantas veces fuesen necesarias.
El lunes 17 nos concentramos frente al complejo de Siemens en Tres
Cantos, dividiéndonos en dos grupos para cubrir las dos salidas y poder
panfletear a los trabajadores y hablar con los que se interesaron por
los motivos que nos habían llevado hasta allí. También se entregaron
panfletos entre los coches caros conducidos por gente trajeada y
encorbatada, ninguno de los cuales pudo abandonar el lugar sin darse por
enterado de las causas de este conflicto. Se intentó que la empresa
recibiera a una delegación del sindicato con la intención de mostrar
nuestra opinión sobre la maniobra represiva que estaba ejerciendo sobre
nuestro compañero pero, al final, ni se dignaron a contestarnos. De
todas formas esto no pudo evitar que, a pesar de todo, el sindicato se
hiciera escuchar alto y claro.