Si la policía le encuentra sentado en un banco a dos metros de una lata de cerveza, el juez considerará probada su culpabilidad por consumir alcohol en vía pública. Tener en la estantería el libro «contra la democracia» es prueba de culpabilidad no ya de haberlo leído, sino de terrorismo. Retwitear la convocatoria de una manifestación a partir de junio será una prueba de que somos promotores de la misma, y por tanto hemos realizado y somos responsables de todos y cada uno de los hechos que se desarrollen en esa manifestación.
Sin embargo, en el informe del Consejo General del Poder Juidicial a cargo del esbirro pertinente podemos leer que a pesar de que los pagos efectuados por Indra a los Jueces de Madrid están probados y no estaban ni mucho menos permitidos, y su comportamiento fue por tanto del todo improcedente al aceptarlos, no existe culpabilidad alguna por ninguna de las partes, permitiéndose incluso la
chulería de decir que las primas se pagaron y cobraron «de buena fe». Ni una palabra de que esos pagos, además, no fueron avisados en tiempo ni en forma a los organismos superiores, no fueran a haberlos desaconsejado, ni mucho menos aún de la obviedad de que estos jueces, que aceptan pagos de una empresa, por muy legales que puedan ser esos pagos, están obligados en derecho a omitirse en los juicios en los que esa empresa esté implicada, algo que ninguno de ellos ha hecho.
No vaya nadie a creerse que somos tan ilusos de pensar que estos lacayos del CGPJ no iban a archivar a toda prisa la instrucción, lo que de no hacer hubiera podido implicar en buena lógica la revisión de todas las sentencias de estos jueces durante el periodo en el que cobraron de Indra. Pero no podemos dejar de señalar que en una democracia totalitaria burguesa cualquiera la justificación se habría razonado algo más, quién sabe incluso si no hubiera habido disculpas, álguien habría dimitido… para que todo pudiese seguir igual. Aquí, en el régimen postfranquista de la marca españa, donde todo quedó atado y bien atado, ni mucho menos, ¿para qué molestarse? Aquí basta con decir que no son culpables porque no me da la gana y todo lo que los poderosos y sus esbirros hacemos lo hacemos de buena fe, por vuestro bien.
Así estamos, por los medios legales, con las herramientas del amo, ya sólo podemos solicitar con mucho respeto que en las togas de los jueces aparezcan los logotipos de las empresas que les patrocinan. La igualdad ante la ley o la independencia judicial son cosas que no está bien que
tengamos, por eso las impiden de buena fe.