[Mataró] Luchar contra el estado es luchar contra la represión

El Sindicato de Oficios Varios de Mataró de la CNT quiere hacer público su sincero respaldo a todas las víctimas de la oleada de represión que empezó con la huelga del 29 de marzo.

La represión no es un fenómeno nuevo. La persecución sistemática y planificada por parte de las autoridades de todos aquellos que por dignidad deciden enfrentarse a los poderes que los someten es tan antigua como la existencia de la primera forma de estado.

En el contexto del movimiento obrero, en el que como sindicato ponemos especial atención, la represión ha sido siempre una amenaza para los y las trabajadoras que durante la historia han ofrecido generosamente su esfuerzo a la lucha por un ideal de justicia: una sociedad sin clases; sin ricos y sin pobres. Sólo para poner un ejemplo, y por la proximidad en el calendario, podríamos mencionar los “Mártires de Chicago”, los seis anarquistas que fueron ejecutados al ser acusados injustamente de provocar disturbios violentos en una huelga por la jornada de 8 horas que empezó en Chicago el 1r de mayo del 1886.

Durando todos estos años de “Paz Social” en los que la movilización obrera ha sido prácticamente testimonial la “ciudadanía” ha tenido la falsa sensación de vivir en una sociedad en la que los derechos fundamentales de expresión y manifestación estaban absolutamente garantizados. Pero esta falsa ilusión ha empezado a desvanecerse a medida que la situación de las clases populares se ha ido agravando de forma espantosa desde el inicio de esta última crisis financiera, económica y social.

Quizás a muchos y muchas sorprenderá que la policía y sus responsables actúen con tanta contundencia y creerán que se trata de un simple abuso de poder que sobrepasa los límites aceptables desde el punto de vista de la normalidad democrática. En realidad se trata de una reacción totalmente previsible en el marco de una sociedad basada en la autoridad estatal.

Con el adiestramiento ideológico de la población mediante el sistema educativo y la propaganda, las clases dominantes, los capitalistas, han conseguido construir una sociedad de ciudadanos consumistas y obedientes que han aceptado con total sumisión las condiciones de vida que el estado del bienestar les ha ofrecido por miedo a nuevas revoluciones proletarias. La sumisión ha sido tal, que amplios sectores de la clase trabajadora se han considerado “clase media” al perder cualquier tipo de conciencia de su condición de explotados. En este contexto la represión policial no ha sido necesaria a gran escala puesto que la represión subliminal ha sido suficiente para que la gran mayoría del pueblo se reprimiera a él mismo de manera voluntaria.

Ahora, cuando la propaganda y el bombardeo ideológico a los que el sistema nos somete diariamente empieza a ser insuficiente, ahora que muchos empiezan a sentir la necesidad de enfrentarse con los causantes de su miseria, el estado tiene que recurrir a su arma principal: la violencia organizada y monopolizada, al terror sistematizado, a la coacción, a la intimidación, a la represión.

Ahora es el momento, como anarquistas, de reafirmarnos en nuestro rechazo al estado. Siempre hemos creído que el estado en cualquier de sus formas no es, no ha sido, ni será una institución que garantice la justicia social. Para nosotros el estado ha sido, es y será siempre el instrumento que las clases privilegiadas utilizan para perpetuar sus privilegios utilizando la violencia y la coacción de forma reglamentada por la ley, ya sea divina, del monarca o del parlamento.

Así pues, enviamos desde aquí nuestra solidaridad y apoyo a los detenidos y encausados independientemente de la organización o de la forma en la que hayan decidido luchar. Exigimos, desde nuestra humildad, su liberación inmediata, la retirada de todos los cargos y la restitución de su dignidad como luchadores.

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