Sesenta mil personas han salido a la calle para protestar contra el decreto por el que la Xunta de Feijoo pretende desterrar el gallego de la enseñanza e imposibilitar la educación en una lengua vehicular propia del pueblo. En una existosa jornada de huelga, con un seguimiento casi total (en torno al 90% del profesorado secundó el paro). La movilización transcurrió desde la Alameda hasta la plaza del Obradoiro, en la que fue la cuarta multitudinaria marcha en defensa de la lengua gallega desde que el PP ocupa San Caetano.
Es de destacar la fuerte movilización popular, habiendo quedado claro que la demanda y el sentir de la sociedad está muy alejado de los postulados que defiende el PP, y parece clamoroso el concierto social alrededor de la necesidad de la defensa de la lengua galega, defensa que sólo será posible desde el pueblo y para la que la acción de los políticos y gobiernos ha sido nefasta desde los años ochenta.
Hay que destacar que la protesta fue expresada por la casi totalidad de las centrales sindicales (además de la CNT, CCOO, UGT, CUT, CIG y STEG), y por todo tipo de asociaciones culturales, de vecinos, de defensa de la tierra, la totalidad del tejido asociativo gallego se levantó con una sola voz, que fue expresada clara y firmemente: los gallegos y las gallegas queremos ser educadas en gallego.
La CNT de Compostela participó llevando con orgullo una pancarta alusivo al carácter proletario de nuestro pueblo y de la lengua en que se expresa, el gallego, así como otra en referencia a la represión y precariedad que impera en la enseñanza gallega, habiendo casos de auténtico escándolo, como el de nuestro compañero Brais, sancionado y expulsado de las listas por reclamar el derecho a dar clase de matemáticas en gallego y por haber denunciado la continuada presencia de cuerpos represivos en los centros de enseñanza.