Abajo la crónica de una participante en la noche del 25 de septiembre con fotos de Carlos Martín.
Los medios de comunicación hablaban por la noche del 25 de “choques” entre manifestantes y policía,
pero yo sólo vi ataques de los antidisturbios; y sólo sentía a la
gente asustada corriendo hacia mí.
Nos gritamos los unos a los
otros, “¡eh! ¡por aquí! ¡que vienen! ¿dónde está fulano?
¿DÓNDE ESTÁ?”, nos juntamos, paramos, giramos, dos pasos atrás,
tres pasos. Nos agrupábamos como animales mansos esperando a ser
cazados, y a la vez fieras que toman posición para ver el terreno
mejor. Reculamos, pero luego avanzamos lentamente, curiosos, ¿qué
pasa? ¿por qué tanta madera? ¿habrá compas allí? ¿están
atrapados? ¿qué está pasando? “oye, compas, ¿qué veis?”
Los medios de comunicación hablaban el
día siguiente de “cargas policiales”. Ellos también han
reculado, han parado para ver el terreno, y al caer el polvo se ve
claramente lo que pasó. Una muchedumbre cabreada, con ganas de
luchar, inquieta y que sabía que los antidisturbios iban a cargar,
se mantuvo allí enfrente del Congreso en Neptuno, en cada bocacalle,
presionando a los grises de pie, sentados, en masa o de cuatro en
cuatro, y en cada boca se decía, “¿cuándo van a cargar?”, “nos
vamos a llevar unas hostias, ya verás”, “estos no tienen
vergüenza”.
Los medios de comunicación muestran
los vídeos (perspectiva que ni la policía ni los manifestantes
tenían; desde arriba) donde podemos ver cómo un palito de un chaval
intenta infructuosamente dar a un hombre azul, vestido tipo soldado
imperial, escondido y armado hasta los dientes, y cómo se le
devuelve el golpito con un porrazo que le deja bocabajo en el suelo.
También podemos comprobar cómo la rabia de la gente no les permitió
detener a sus compañeros, no sin reaccionar, y que lucharon por
liberarlos. Aplaudí yo después, en mi casa, viendo cómo nos
apoyamos, nos defendemos, y luchamos los unos por los otros.
La CNT condena la actuación policial,
no como el gobierno, que la aplaude, ya que es evidente que la
función de las fuerzas armadas es esa: defender al capital, defender
al Estado. La CNT sabe que la policía actúa así porque es su
función; pero también lo sabe todo el mundo. Sabíamos que
íbamos a llevarnos unas cuantas hostias, sabíamos que no se iban a
cortar ni un pelo, pero nos agrupamos y salimos a la calle de todas
formas.
El despliegue quasi-militar que hubo ayer en todo el centro de Madrid
sólo hace evidente el el rechazo que producen sus
“reformas”.Cualquier medida de cualquier gobierno sólo las
pueden implantar bajo algo parecido a un estado de sitio. De Real
Decreto se han pasado a la Mano Dura. Nos tienen miedo, compañeros,
nos tienen miedo. Pero nosotros a ellos, no.
Para hacerles frente hay que estar
organizados, hay que juntarnos, hay que conocernos y hay que
apoyarnos. La CNT es una organización de gente que ha decidido
prestarse los unos a los otros dentro de esta tormenta que es el
capitalismo, agarrándose a los brazos para que no se lleve ni uno.
Ellos tienen su estrategia y nosotros también: no jugamos a sus
trucos políticos, ni electorales, ni comemos de su mano, que nos
huele a podrida.
Apoyo mutuo, auto-organización, lucha,
y solidaridad.