Porque sois los culpables de que mi madre
sea casi analfabeta
(ella, que es tan inteligente)
De que mi padre lea solamente
prospectos para ver efectos secundarios
y etiquetas de vino peleón
(y jamás, por ejemplo, se acerque
a mis poemas)
Porque con saña hundisteis
y anulasteis sus cerebros,
sabiendo que hay peligro
en las neuronas del pobre
cuando éstas sin miedo se estimulan…
Os escupo estos versos
sobre vuestras conciencias
de moqueta mullida y floreada.
Porque sé que leéis y estáis formados,
desde el principio de los tiempos.
Generación tras generación.
Ángel Fernández Fernández