Al igual que el resto del colectivo de trabajadoras La Rioja, en el Sindicato de Oficios Varios de la CNT nos hemos enterado a través de la prensa que se reanudaba el diálogo social entre gobierno regional, patronal y las dos centrales sindicales homologadas, UGT y CC.OO.. Este inesperado cambio de tercio no nos coge, paradójicamente, por sorpresa. Años atrás, cuando los sindicatos invitados ahora a la negociación blandían la bandera de la “confrontación” social y convocaban paros generales, tampoco teníamos voz y voto en los mismos. Sencillamente, debíamos adherirnos al llamamiento. Y lo hicimos, poniéndonos en la picota y sufriendo la represión en amargos episodios como el del 14-N.
Lo peor viene cuando, a renglón seguido, se anuncian las novedades del diálogo. En primer lugar, va a disfrutar de un blindaje legislativo que evitará intromisiones de otros agentes sociales. Además, hemos sabido que no se tratará de una conversación, sino que se dividirá en grupos de trabajo sectoriales, impidiendo con ello que las posibles mejoras que puedan alcanzarse en una mete se generalicen para el conjunto de la clase obrera riojana.
La filosofía de CNT es contraria a la concertación social. Pensamos que empresarios y trabajadores no reman en la misma corriente, que sus intereses no son capaces de armonizarse por el principio de la lucha de clases. Hemos apoyado y apoyaremos la huelga como herramienta de lucha; por eso hemos secundado otras convocatorias, aun cuando no estuviéramos completamente de acuerdo con su planteamiento ni con su dirección.
Por desgracia, hemos visto cómo nuestros temores se convertían en certezas. Distintos agentes políticos y sociales se han apuntado al carro de la recuperación económica aduciendo los datos de creación de empleo, sin detenerse a explicar cómo es ese nuevo empleo que se está masificando. Hablamos de contratos temporales, con mayor precariedad y menos derechos laborales, lo cual redunda en unas condiciones de vida mucho peores para lxs trabajadorxs.
Se ha puesto de moda entre las mentes cursis y los estómagos repletos hablar de “economía con alma”. Desde CNT, en cambio, reivindicamos como básica la dignidad laboral, que pasa por conculcar las lesivas medidas aprobadas todos estos años, incluida también la entronización del diálogo social.