El pasado 14 de enero la CNT de Valladolid se concentraba para denunciar la represión contra la delegada sindical de CNT en Lizarrán Área Sur de Jerez. El piquete, formado por una docena de sindicalistas de Valladolid y de Aranda de Duero, se colocó a la altura del Lizarrán de la Plaza de Poniente con el objetivo de dar a conocer a la vecindad de Valladolid y a la plantilla de Lizarrán una situación de injusticia que está muy extendida en el sector de la hostelería y que CNT no va a tolerar ni en éste ni en ningún otro caso.
CNT respalda a cada trabajadora que reclame sus derechos. Eso implica dar a conocer cada injusticia a quienes más interés pueden tener, que son sus compañeros de empresa y sector, y así lo está haciendo CNT en varias localidades del Estado español bajo el lema #HosteleríaDigna. Pero si las trabajadoras no están solas, la patronal también tiene quien le apoye. En este caso, una docena de policías de la UIP con sede en Valladolid se personaron para identificar a todas las trabajadoras solidarias con excusas peregrinas y haciéndose notar con las malas formas que les caracterizan.
Tiempo después hemos sabido que uno de los compañeros ha sido propuesto para una sanción de 600 euros basada en la «Ley Mordaza», alegando de manera irreal una presunta resistencia a identificarse. Lo hemos sabido a través de una notificación llena de incongruencias que no vamos a detallar aquí. Nuestra valoración de fondo es clara: están atacando la libertad sindical. Vamos a defendernos de estos ataques tanto en cada caso particular en que se nos multe y acose como en general luchando para derogar una ley a medida de un régimen decadente y autoritario. Es de señalar que otro piquete de CNT frente a Lizarrán, en este caso en el mismo Jerez, está sufriendo una situación parecida.
CNT ejerce de manera activa la libertad sindical y lo seguirá haciendo siguiendo la estela de quienes nos precedieron durante años. Eso significa que no vamos a parar de hacer sindicalismo para hacer que cada empresario cumpla con los derechos que las trabajadoras tenemos, dado que nadie más lo va a hacer por nosotras.