Los largos años de la noche de la dictadura franquista han dejado un amplio poso en el tratamiento de la historiografía posterior. Muchas de las valoraciones, todas políticas, que los voceros franquistas hicieron, calaron sobremanera en muchos círculos. Y lo curioso es que no siempre fueron círculos derechistas los que adaptaron esos discursos. Muchos clichés establecidos alrededor del movimiento anarquista en España provienen de esta época.
J. Vadillo | Periódico cnt
Hace cuatro años Carlos José Márquez escribió un excelente artículo en la revista Germinal que llevaba por título La colección Temas Españoles: La contrarrevolución española y la divulgación de la interpretación franquista de la historia de España y de la Guerra Civil. En él hace un repaso a la visión que esta colección hizo de la historia de España que, completado con su magnífico libro Como se ha escrito la Guerra Civil española (Lengua de Trapo, 2006), nos aproxima al tratamiento historiográfico que los reaccionarios han tenido. Poco se va a poder aportar más que lo que Carlos José Márquez ha hecho en estos trabajos.
Sin embargo es conveniente aproximarnos a lo que esa “historiografía” ha legado y comprobar como muchos de los clichés que alrededor del anarquismo se establecen aun hoy son base de muchos trabajos. Numerosos son los libros que desde posiciones neofranquistas continúan justificando el golpe del Estado militar contra la República en julio de 1936 y presentar “la maldad intrínseca” de las izquierdas como causante de la ruina de España.
Lo primero sería establecer que fue la colección Temas Españoles. Esta colección se publicó en España entre los años 1952 y 1978. Llegó a editar hasta 548 folletos sobre distintas cuestiones de la historia y las costumbres españolas. Editadas por Publicaciones Españolas e impulsadas por el Ministerio de Información y Turismo, los distintos ministros franquistas al frente del mismo (Gabriel Arias Salgado y de Cubas, Manuel Fraga Iribarne, Alfredo Sánchez Bella, Fernando de Liñán y Zofio, Pío Cabanillas Galla y León Herrera Esteban) impulsaron al colección. Los folletos se podían encontrar en los quioscos a muy bajo precio, convirtiéndose en literatura barata que acercaba a los “temas importantes de la historia” al conjunto de la sociedad española. Se estaba completando la visión franquista de la historia. La justificación del golpe militar para entender en un conjunto de profundidad histórica, no solo en la República sino en periodos previos. Y siempre marcando quienes eran los “enemigos de España”.
Para esta labor el Estado franquista se hizo con una importante nómina de escritores y publicistas que escribieron en al colección. De entre todos hay que destacar a Eduardo Comín Colomer (1908-1975). Comín Colomer era periodista y policía. Convencido católico y defensor del régimen franquista, Comín Colomer tiene una amplia obra de carácter antianarquista, anticomunista y antimasónico, que por el conjunto de sus escritos eran sus grandes fobias. Intentó en más de una ocasión entrar a formar parte del cuerpo de policía en España pero suspendió repetidas veces el acceso durante la Segunda República. Aprovechando el golpe de Estado pasó a formar parte de la policía franquista. Desde entonces Comín Colomer se dedicó al expolio de obras y elementos de las logias masónicas. Fue autor de libros como La masonería en acción. ¿Cómo exterminarla?, Historia del anarquismo español, 1836-1948, Comunismo y masonería o Historia del Partido Comunista de España. Fue junto a Maximiano García Venero (falangista) y al también policía Mauricio Carlavilla, que firmaba como Mauricio Karl, uno de los pocos que escribían durante el franquismo sobre movimiento obrero y Guerra Civil demonizando a todas las tendencias de izquierda y justificando el franquismo. Hoy en la Biblioteca Nacional se puede consultar el llamado “Fondo Comín”, que la viuda del comisario franquista donó (la mayoría material procedente del expolio del propio Comín Colomer) para su consulta.
Eduardo Comín Colomer es autor de hasta 10 títulos de la colección Temas Españoles (Españoles esclavos de Rusia, Eliminados, La Semana Trágica de Barcelona, El comunismo en España, Las luchas internas en la zona roja (Rusia en acción), Jaca, Un año turbio: 1917, De Castilblanco a Casas Viejas, El anarquismo contra España o Glorias de la policía). El tratamiento que Comín Colomer hace del anarquismo en estos folletos (así como en sus libros) ha valido para establecer numerosos lugares comunes que aun hoy perduran. En su folleto La Semana Trágica de Barcelona, escrito en 1953, hace un repaso a los orígenes del movimiento obrero libertario en España, uniendo el desarrollo del mismo a los fenómenos de violencia y terrorismo y desembocando en la Semana Trágica donde saca a relucir exclusivamente el anticlericalismo. Para el franquismo los procesos sociales o la sangrante guerra colonial que se desarrollaba en Marruecos no tiene influencia en el desarrollo de la Huelga General de julio de 1909 sino el odio que se profesaba contra la Iglesia Católica. Comín Colomer pone igualmente a algunos personajes como el foco de sus iras. El gobernador de Barcelona, Ángel Ossorio y Gallardo, es uno de ellos. Así lo define Comín Colomer: “Ya hemos dejado constancia que el gobernador civil de Barcelona era Ángel Ossorio y Gallardo, político que a principios de la segunda República se declaró ‘monárquico sin rey’, y al que el marxismo, en la que fue zona roja, premió los servicios que le había prestado (…)”. Tras una lista de edificios religiosos asaltados por los revolucionarios (según siempre las estimaciones de Comín Colomer) entra de lleno en el que considera responsable de la Semana Trágica. El anatema contra Francisco Ferrer Guardia y la masonería es leiv motiv en toda la obra de Comín Colomer. La sombra de la masonería estaba detrás de este acontecimiento así como del atentado contra Alfonso XIII en 1906. La obsesión masónica que el franquismo tuvo y ejemplificó en la misma figura del dictador, se refleja también en las obras de Comín Colomer.
Esta influencia de la masonería también la refleja en el folleto Jaca o en El anarquismo contra España. La masonería confluye con intereses extranjeros para poder desestabilizar a España, según estas teorías franquistas. Los atentados contra Martínez Campos, Cánovas del Castillo, el Liceo de Barcelona, etc., son obra del anarquismo y la masonería internacional. Mezclan momentos distintos de la historia del anarquismo (periodo de violencia finisecular con el pistolerismo patronal que nada tiene que ver a la hora de abordar el concepto de dicha violencia) para justificar “la criminalidad del anarquismo”. Igualmente la intervención de personalidades extranjeras, algunas dispares, en el desarrollo de los acontecimientos en España es común. Por ejemplo Comín Colomer acusa que Errico Malatesta participa en los sucesos de Jerez de 1892. Así como la intervención de Charles Malato, Naquet o Clemenceau (personajes dispares entre sí) de la visión que se da de España tras los sucesos de Montjuich de 1896. Y como no, la masonería tiene participación en el atentado de Michelle Angiolillo contra Cánovas del Castillo en agosto de 1897.
Para Comín Colomer anarquismo es sinónimo de crimen. Toda la conflictividad social del siglo XIX y XX, donde participaron las organizaciones libertarias, era producto de la mente perversa de sus componentes. En un alarde de mezclar cosas, la masonería y el comunismo soviético mediatizan el anarquismo en sus proposiciones criminales. Para Comín Colomer la FAI es una organización terrorista y criminal. La CNT no es un sindicato sino una banda de malhechores que se dedican a la extorsión, el robo y el crimen.
La deformación de la propia historia de España llega al paroxismo cuando Comín Colomer concede una importancia desmesurada a movimientos políticos como el comunismo que no tiene una influencia determinante en España hasta la Guerra Civil. Para él el movimiento revolucionario de Jaca del otoño de 1930 lo dirige el Partido Comunista de España. Y como no, la masonería también.
Todo este compendio de estas obras que se escribieron hace más de 60 años nos puede servir para comprobar que se mantienen de ellas. Hoy todavía hay quien mantiene muchas de estas teorías. ¿No hemos leído libros y artículos que consideran a Ferrer Guardia inspirador del atentado contra Alfonso XIII e instigador de la Semana Trágica de Barcelona? ¿Acaso no se considera en muchos círculos el anarquismo un fenómeno violento y criminal autor de los mayores desmanes? ¿No hay una propaganda negativa hacia la FAI y su labor dentro del movimiento anarquista? ¿No se considera a la CNT un accidente sindical dedicado a “otras cosas” que nada tenía que ver con el obrerismo? ¿No es cierto que la propaganda negativa de la masonería procede en parte de este periodo histórico? Y en todas estas visiones la influencia del catolicismo es más que evidente.
Muchas obras de neofranquistas actuales mantienen todos estos mitos que los estudios serios han descartado hace ya mucho tiempo. Una literatura folletinesca y barata de Temas Españoles que algunos han alzado a categoría académica y que con personajes y libros que tienen detrás concretos proyectos políticos y grupos económicos de presión muy poderosos se publicitan por activa y por pasiva.
Hay que tener en cuenta pues esta literatura para valorar que no es nueva. Tiene sus antecedentes y personajes en el franquismo. Una prueba más para comprobar que en España las cosas se han hecho muy mal.