Desde CNT Comarcal Sur condenamos firmemente la violencia que el gobierno de la Comunidad de Madrid ejerce bajo la excusa de la crisis del COVID19. No necesitamos más policía y militares en las calles, necesitamos un cambio de rumbo en cuanto a políticas de gestión sociales.
Las medidas impuestas en determinadas zonas de Madrid son segregacionistas y no tienen ni siquiera base médica cuando se analiza un contexto como el actual, donde faltan facultativos después de años desmembrando la sanidad pública y la única respuesta gubernamental ha sido contratos a empresas privadas y más policía. Policía para regular las concentraciones de trabajadoras en parques. “¡No más de seis!”, dicen mientras multiplican el permiso de reunión si es para producir nueva clase trabajadora en las escuelas. Una escuela pública igualmente depauperada con la excusa de la anterior crisis que responde claramente a un plan de ajuste como los iniciados por aquellos mentores del terrorismo bajo la doctrina del shock.
El capitalismo llega a su fin y los derechos sociales son la última arteria de la sociedad que vampirizar para sus intereses privados. Militarizan nuestras vidas para poder acallar nuestras voces. Lo ocurrido ayer en Vallekas no tiene más nombre que fascismo: ese que llega con urnas y banderas de democracia y Estado, y saca a los perros ante la disidencia consciente de quien defiende nuestros derechos.
La ley es la que se desprende de la moral. Y esta de la conciencia colectiva de clase. No viene de la plutocracia sino que asciende y se hace fuerte desde las bases. Aquellas que cada día se hacinan en los transportes públicos de Madrid.
Juventud combativa, la que dicen que se tira las horas delante de pantallas, es la que ha sido golpedada sin atisbo de disturbio. Es hora de cambiar el nombre de algunos cuerpos del estado a prodisturbios.
Juventud combativa: gracias por estar ahí en cada asalto de la Administración.
CNT Comarcal Sur