Las calles de Valencia se convirtieron en un clamor unánime contra la gestión desastrosa de la DANA, a lo que hay que añadir la brutal represión policial de este 9 de noviembre. Miles de valencianos y valencianas, hartos de las promesas incumplidas y de la precariedad impuesta, salieron a las calles para exigir justicia y un cambio radical.
La manifestación, lejos de ser una simple protesta, se convirtió en un acto de autoorganización popular. Vecinos, trabajadores y activistas se unieron en una muestra de solidaridad y de lucha contra un sistema que los abandona en los momentos más difíciles. Las pancartas y consignas se contaban por miles, denunciando la incapacidad de las instituciones y la complicidad de los poderes fácticos con las grandes empresas.
La respuesta policial a la protesta fue desproporcionada y violenta. Las cargas policiales, que tuvieron como víctimas a algunos de nuestros afiliados del sector de la prensa que acudieron de otras ciudades para cubrir la manifestación, lejos de disuadir a los manifestantes, sirvieron para evidenciar la verdadera cara de un Estado al servicio de los poderosos. Los heridos son la prueba de que la represión es el único argumento que el sistema tiene para enfrentar el descontento social.
Esta movilización demuestra que la sociedad civil está dispuesta a tomar las riendas de su propio destino y a construir un mundo más justo y equitativo. La lucha continúa y no cesaremos hasta que se haga justicia y se ponga fin a la explotación y la opresión.
[Autor de la fotografía: Yago Álvarez Barba]