Hace ya tiempo que las/os trabajadoras/es de
bibliotecas públicas vienen organizándose para enfrentar la destrucción
de un bien social que debería ser gestionado y pertenecer únicamente al
pueblo. Hablamos de la labor formativa y educativa de las bibliotecas, a
través de sus actividades y del préstamo gratuito de libros.
Este
servicio, monopolizado en la actualidad por las administraciones
públicas, amenaza con caer en el agujero de la especulación económica.
La amenaza se extiende ahora a archivos y museos del ayuntamiento. Si en
sanidad y educación se precariza hasta la saciedad, recortando sueldos,
equipamientos y calidad, la cultura es un bien que no dudan en
aniquilar para entregar los restos a empresas privadas que los expriman
al máximo y así obtener sus beneficios. ¿A quién le importa la
cultura?, ¡es algo secundario!
La privatización: una estafa de libro
La privatización conlleva necesariamente la destrucción de puestos
públicos, el despido de laborales e interinos, el traslado de personal
funcionario, el deterioro del servicio, la precarización de las
condiciones laborales, el «repago» directo de los usuarios y la
sustitución de un objetivo cultural por uno económico. La estrategia en
la administración viene siendo la misma desde hace años: abandonar y
destruir los servicios a base de quitarles recursos para después vender
la moto de que hay que privatizarlo porque así no funciona. Y añaden el
argumento de la rentabilidad, como si la cultura, la sanidad o la
educación tuvieran que generar beneficios económicos, como si fueran una
maldita inversión en bolsa.
Y claro que los van a generar. Lo mismo que los amigos de Esperanza
Aguirre están forrándose con la lamentable gestión de los nuevos
hospitales, varias empresas van a lucrarse con la privatización de la
cultura. Exprimir lo público para forrar a los amigos, he ahí la
finalidad de esos parásitos que votamos cada cuatro años. He ahí lo que
permite y alienta este sistema que legitimamos con nuestro voto o con
nuestra complicidad.
Muy significativo ha sido el programa de «voluntarios», en el que
trabajadores/as sin derechos hacen sin cobrar tareas que corresponden al
personal retribuido, lo cual está prohibido por sus propias leyes (art.
3.3 Ley 6/1996). Pretendían incluso abrir varias bibliotecas nuevas con
personal voluntario. Parece ser que les ha salido el tiro por la
culata, pues han cancelado el programa.
Los/as trabajadores/as ya pagamos con impuestos lo que debería
destinarse a la cultura, como lo hacemos con la sanidad, la educación y
todo lo demás. No solo lo pagamos, sino que lo hacemos posible con
nuestras manos. Y lo hacemos no solo para nosotros/as, sino para que lo
disfruten aquellos/as que no tienen recursos: niños, jubilados, parados,
indocumentados… la cultura ha de ser universal y gratuita. Las
pretensiones de privatizarla, de convertirla en objeto de beneficio
económico, es una bajeza que demuestra que la codicia empresarial,
inseparable del interés político, no tiene límites.
Dicha privatización amenaza ahora no solo a bibliotecas municipales,
sino también a archivos y museos. La intención de privatizar la empresa
pública MACSA (Madrid Arte y Cultura S.A.) y concederle la gestión de
estos servicios planea sobre nosotras/os. Las consecuencias serían
irreparables. Ya sabemos lo que supone supeditar un servicio a un
interés empresarial. El área de las Artes ha fichado al señor Timothy
Chapman, un gestor privado, para encargarle la «reordenación» del área,
es decir, la privatización, la destrucción de empleo y la precarización
de la cultura. Ya hemos visto los primeros resultados en Conde Duque,
concesión privada y traslados.
Y todas/os sabemos que externalizar un servicio sale mucho más caro
que gestionarlo directamente, pues hay que pagar a una empresa
cantidades millonarias por no hacer nada. La mayor parte de lo que
produce el/la trabajador/a es robado para pagar a los directivos de la
empresa, (esos cuyo trabajo es estudiar cómo exprimir mejor a otros
seres humanos) mientras el currante cobra una miseria. Así ya hemos
respondido a la gran pregunta ¿por qué privatizan, si sale más caro?
Para seguir enriqueciéndose sin límites con el esfuerzo ajeno.
La cultura no es un servicio: pertenece al pueblo.
La CNT siempre ha considerado que la cultura es del pueblo. Los
libros los escribe el pueblo, las obras de arte las realiza el pueblo,
las bibliotecas, archivos y museos las construyen trabajadores/as
ladrillo a ladrillo. Las personas que prestan libros, informan y
atienden visitantes son trabajadoras/es del pueblo. La cultura ya es
nuestra, no tenemos que pedírsela prestada a ningún ente político.
Llamamos «público» a lo que en realidad es propiedad privada del estado.
Lo que nosotros/as producimos nos lo quitan y ahora se lo entregan a
una empresa para que haga dinero con ello a base de cobrarnos por lo que
es nuestro. Como se ha demostrado en muchas épocas y experiencias, en
ateneos, escuelas, centros sociales, etc, el pueblo es perfectamente
capaz de gestionar su cultura (como todo lo demás de nuestra vida). La
administración pública solo demuestra ser un obstáculo a ese objetivo,
cuando no un ente al servicio de los explotadores del pueblo.
Por eso creemos que debemos recuperar el sentido de que los bienes
sociales son patrimonio del pueblo, ya sean culturales o de otro tipo,
reivindicando aquello de «la cultura, ni pública ni privada:
autogestionada».
La cultura «duplicada»
Otra de las amenazas que se presentan es la serie de recortes o
medidas por la supuesta «duplicidad» de competencias entre el
Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. La CNT opina que la cultura nunca
está duplicada. Cada biblioteca es única. Cuando una persona acude a
una biblioteca del ayuntamiento a por un libro, no está acudiendo a otra
biblioteca de la Comunidad por lo mismo. No solo es necesario que haya
oferta cultural, sino que la haya en cantidad suficiente para una
población como la de Madrid.
Sin embargo sí consideramos que los que están, no ya duplicados, sino
multiplicados, son los cargos políticos y directivos que intentan
gestionar nuestros recursos, y los empresarios que quieren sacar tajada
de ellos. Si quieren recortar gastos, que eliminen cargos y cargos que
no sirven para nada, que eliminen lujos y privilegios, el chofer, el
super despacho, el palacio y sus sueldos millonarios. Y que dejen de
duplicarse, que nos sobran todos y cada uno de ellos/as.Sobre las
posibles transferencias entre Ayuntamiento y Comunidad, reconocemos que
no nos importa quién sea el patrón, mientras se respeten todos los
puestos de trabajo y las mejores condiciones laborales, y no se cierre
ningún centro, biblioteca, museo o archivo.
Contra la privatización, lucha horizontalLa CNT solo apoya la lucha
horizontal de trabajadores/as. Un buen ejemplo es la lucha de las
trabajadoras de la Biblioteca Nacional, que mantienen desde hace años.
Tras denunciar la cesión ilegal, varias de ellas fueron despedidas y
trasladadas a los centros de trabajo de las contratas. La Biblioteca
Nacional tiene más de 400 empleos subcontratados, lo que supone una
privatización de hecho. Las compañeras afiliadas a CNT siguen luchando
de forma asamblearia, mientras los sindicatos subvencionados se han
desentendido desde el primer día. (Mas información del conflicto
en página SOV Madrid y en facebook, contacto en personal.bne@cnt.es)
La plataforma de trabajadores/as del ayuntamiento ha realizado varias
asambleas de unas 150 personas, con presencia de casi todos los centros
de trabajo. Se recogieron firmas para exigir una reunión con el
Ayuntamiento, que finalmente se realizó el 17 de abril, y cuyo resultado
podéis leer aquí: Informe reunión trabajadores-ayuntamiento
Como se puede leer entre líneas, no hay duda de sus intenciones,
aunque mienten más que hablan. Respuestas como «no lo sé» dejan muy
claro que están estudiando cómo hincarle el diente al pastel de la
privatización de la cultura, pero no nos quieren dar pistas.
Ante esta situación, CNT apoya totalmente la continuidad de la
plataforma de trabajadores/as como único medio de enfrentarse al
conflicto, de manera horizontal, en asambleas decisorias, sin líderes
sindicales ni dirigentes. Si los/as trabajadores/as somos capaces de
organizarnos, pedir firmas, convocar movilizaciones, realizar reuniones
con el ayuntamiento… ¿para qué necesitamos a los profesionales
sindicales? Los sindicatos subvencionados están nerviosos (como
demostraron en la asamblea de Conde Duque del 24 de abril). Hay una
lucha que no controlan ellos, que surge de los propios trabajadores/as, y
eso no les gusta. Ya hemos visto insinuaciones de absorberla para
después dejarla morir entre despachos y reuniones de liberados. Pero las
luchas que de verdad tienen fuerza son aquellas que surgen de las
asambleas decisorias, no de mítines políticos, las que con una fuerza
común pueden obligar al patrón a ceder ante las reivindicaciones,
mediante la acción directa, sin intermediarios.
SI NADIE TRABAJA POR TI, QUE NADIE DECIDA POR TI
Sección Sindical en el Ayuntamiento de Madrid
CNT-AIT.
http://cntaytomadrid.blogspot.com.es/2012/05/la-lucha-horizontal-contra-la.html
Sindicato de Oficios Varios
Plaza de Tirso de Molina, 5. 2º Izquierda.
Teléfono: 91 369 08 38
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mail: sovmadrid@cnt.es