En los últimos años, con los
procesos de privatización puestos en marcha con la excusa de la crisis en un
buen número de ayuntamientos, se ha externalizado la gestión de muchos servicios
públicos hasta entonces dependientes directamente de la tutela municipal.
Los cementerios municipales, por
ejemplo, no han permanecido al margen de todo este proceso, lo que ha
conllevado que varias empresas se hayan quedado con la gestión de los mismos,
sacando tajada de un negocio seguro que, además, les ha reportado suculentos
beneficios. Hoy en día, muchas de esas empresas, como Funesespaña, se han
convertido en auténticos lobbys políticos que utilizan todas sus influencias
para conseguir la privatización de la gestión de los llamados “parques
funerarios”.
Por otro lado, la privatización
de la gestión de los cementerios ha supuesto en casi todas las ocasiones un
descarado aumento de las tasas, la precarización del empleo y, finalmente, el
deterioro del patrimonio artístico que atesoran muchos de estos espacios. No
obstante, la avaricia de algunas de estas empresas y su lamentable gestión ha
hecho que, muchas veces, los mismos ayuntamientos hayan tenido que rescatar la
gestión de los cementerios privatizados, pagando sumas millonarias por dichos
rescates y asumiendo las pérdidas de estas empresas expoliadoras del patrimonio
de toda la gente.
En Jaén y Andújar, los procesos
de privatización de la gestión de sus cementerios puestos en marcha por sus
respectivos ayuntamientos han contado con la oposición de la CNT en ambas
ciudades. Como no podía ser de otra manera, nuestra organización está por la
socialización de los servicios públicos estatalizados, pero no ha querido
permanecer al margen, denunciando a pie de calle las nefastas consecuencias de
la privatización de un espacio tan particular como es un cementerio, más
todavía si, como en el caso de Jaén, hay fosas comunes con miles de fusilados y
fusiladas durante la dictadura franquismo.
Por nuestra parte, desde
CNT animamos a que la gente tome conciencia de las consecuencias de la
privatización de los cementerios municipales, invitando a todo el mundo a que
se oponga a la gestión privada de los mismos; gestión privada que, como hemos
visto, solo ocasiona ruina patrimonial, deterioro de las condiciones laborales
de sus trabajadores y un considerable encarecimiento de las tasas públicas.