Entrevista a Esther, hermana de David Marín que junto a sus padres, amigos y familiares llevan una titánica lucha por hacer justicia ante su hermano, víctima del terrorismo patronal, de quienes anteponen el dinero a la seguridad de los trabajadores.
I. Nistal | Periódico CNT
Fotografía: Lorea Sanchidrián
El 23 de junio de 2006 fallecía tras cinco días en coma por accidente
laboral David Marín, un joven mostoleño que trabajaba para Pase Producciones
–una de las múltiples empresas subcontratadas por la empresa Planet Events
(Grupo Prisa)- en el desmontaje del concierto de los 40 Principales en el
estadio Vicente Calderón.
Tras más de siete años de espera, durante los días 18 y 19 de diciembre
tuvo lugar el juicio para esclarecer aquellos hechos y determinar
responsabilidades ante un accidente que a vista de todos se podía haber
evitado.
A la espera de las pruebas periciales correspondientes y de la
sentencia, José Ángel, Rosa y Esther, padres y hermana respectivamente, se
encuentran más unidos que nunca y con David más presente que nunca en sus vidas
en esa lucha heróica «contra Goliat» -como ellos
mismos denominan-, para que se haga definitivamente justicia.
Hablamos con su hermana Esther, quien nos
cuenta los detalles del juicio y la larga lucha para recordar a David y todos
aquellos trabajadores y trabajadoras que pierden su vida a diario en sus
puestos de trabajo.
Pregunta.- ¿Cómo está yendo
el juicio? ¿Veis posibilidades de que finalmente se haga justicia?
Respuesta.- En el juicio está
quedando clara la total falta de coordinación entre las diversas empresas que
trabajaban en el desmontaje del escenario. No había ningún coordinador. Ninguna
empresa aportó un encargado de la seguridad. No daban cascos, arneses, ni
ningún tipo de material a los empleados. Les llamaban por teléfono para que
fueran directamente al recinto, en el control de acceso no se les pedía
acreditación. Iban sin haber firmado contrato ni hecho ningún curso de
prevención de riesgos. Se les encargaban trabajos en altura sin tener
formación. No había salidas despejadas para que accediera la ambulancia.
Tuvieron que sacar a David en camilla.
La justicia si es lenta no es justa. De los seis imputados, dos han
estado a punto de no ser juzgados por prescripción, ya que en estos 8 años ha
cambiado una ley. Justicia sería que los imputados tuvieran responsabilidad
penal real y que se hubiera imputado a todos los responsables.
P.- ¿Qué habéis sentido
durante estos siete años y medio largos de espera?
R.- Impotencia ante una
justicia tan lenta y una administración que da la espalda a la seguridad de los
trabajadores.
P.- ¿Os habéis sentido
arropados por la población mostoleña? ¿Y por parte de las instituciones?
R.- Por los mostoleños, sí.
Por las instituciones, no. Los mostoleños, amigos y conocidos y los chicos de La Casika nos han apoyado todos
estos años acudiendo a las manifestaciones que hicimos cada aniversario de la
muerte de David frente a la sede del Grupo Prisa en Gran Vía. Su apoyo ha sido
fundamental para la familia.
Las instituciones no han hecho nada. La inspección de trabajo ni
siquiera sancionó a la empresa organizadora de eventos del Grupo Prisa, Planet
Events.
P.- ¿Es la siniestrabilidad
laboral la cara más siniestra del capitalismo? ¿Por qué tanta impunidad?
R.- Es la consecuencia de un
modelo equivocado de trabajo. La subcontratación y la precariedad laboral hace
que la seguridad en el trabajo disminuya tanto que recuerde épocas pasadas.
Tanta impunidad por parte de la justicia favorece que personas sin
capacidad y sin escrúpulos estén a cargo de empresas que juegan con la vida de
muchas personas. Con la crisis los puestos de trabajo han disminuido, sin
embargo los accidentes laborales van en aumento, porque cada vez se trabaja en
condiciones más precarias.
La razón de tanta impunidad es algo que escapa aún a mi entendimiento.
Está claro que la tarea de llevar a los responsables a juicio nos ha llevado 8
largos años. Muchas personas en nuestra misma situación no habrán tenido la
fuerza suficiente para llegar al final.
P.- ¿Qué le dirías a un joven
al que un empresario le obliga a prescindir de su propia seguridad bajo la
amenaza de despido?
R.- Que intente organizarse
con sus compañeros y sean fuertes, intenten recabar pruebas y denuncien. Es
difícil pero la unión hace la fuerza.
P.- Los accidentes laborales
son una de las mayores lacras que pasan desapercibidas a los ojos de la
sociedad. ¿Qué se puede hacer para concienciar sobre esta problemática?
R.- Los medios de
comunicación tenéis una gran labor que cumplir en este sentido. Aquello que no
se ve parece que no existe. Si pusiéramos cara y nombre a todos los muertos y
heridos en el trabajo en nuestro país, la conciencia social presionaría a las
instituciones para que cumplan su función de control y sanción.
P.- Da la casualidad de que
la subcontrata culpable del asesinato de David fue contratada por una empresa
del Grupo Prisa, una entidad que hasta no hace mucho se le consideraba del
ámbito de la izquierda. ¿Qué opinión te merece este hecho?
R.- Las empresas, ya tengan
la ideología que tengan, deben cumplir con unas obligaciones de responsabilidad
mínimas. Si Prisa, organiza para los 40 Principales y Cadena Ser un macro
concierto cuya producción ronda los tres millones de euros para el que trabajan
más de mil personas, y en el desmontaje del escenario no hay ni una sola
persona responsable de la coordinación y seguridad de los trabajadores, el
Grupo Prisa, por mucho que subcontrate a otras empresas, debería tener
responsabilidad. Por desgracia, no hay ni un solo imputado del Grupo Prisa. La
instrucción se dilató en el tiempo y estuvo a punto de pararse, el juez de
instrucción no quiso imputar a nadie del grupo Prisa. En ese momento nos dimos
cuenta de que era una lucha de David contra Goliat.