Desde
que Bergoglio se sienta en Roma como obispo de la ciudad eterna, hace
ya más de un año, ha dado igual que sus declaraciones sean
únicamente brindis al sol.
Julio Reyero | Periódico CNT
Los
grandes medios de comunicación, sobretodo los que escenifican un
alineamiento con aquello que se llamaba izquierda, no paran de
ensalzarlo y de ver “brotes verdes” donde no hay más que tierra
yerma. Que sus zapatos no sean de diseño y haya elegido llevar un
pectoral de plata en lugar de uno de oro ha llegado a exagerarse
hasta el punto de verlo llevar “una cruz de latón o de calzar unos
zapatos raídos” (según Belén
Carreño en el suplemento «Qué está pasando en la Iglesia» publicado por eldiario.es).
La
última medida de relevancia de la Conferencia Episcopal Española,
ha sido sustituir a Rouco Varela de su dirección por Ricardo
Blázquez, algo cuya respuesta mediática encaja perfectamente con el
ejemplo anterior. Abulense de más de setenta años, se ha querido
ver en su nombramiento un signo de los “nuevos tiempos” y por
tanto se ha tenido que alabar la medida edulcorando su pasado aunque
sea por comparación a la bestia parda que representa Rouco Varela.
Tal es así que pocos medios de comunicación generalistas,
prácticamente ninguno, ha reflejado que llevamos 14 años con una
Conferencia episcopal que sustituye en su presidencia a Rouco por
Blázquez y a Blázquez por Rouco siendo uno el vicepresidente del
otro del 2008 al 2014. Seis años de vicepresidente, que se dice
pronto, para acabar viendo su actual elección como presidente como
un signo del cambio, algo verdaderamente bizarro.
Pero
hay dos aspectos en los que se puede demostrar la falacia de este
intento de aparentar un cambio progresista al poner a Blázquez ahora
a la cabeza del órgano ejecutivo del clero español.
Se ha
atribuido a Rouco el papel de azote de herejes por su ataque público
y constante a quienes no siguen los preceptos católicos. Un ejemplo
que se ha utilizado ha sido su presencia física en las
manifestaciones antiabortistas disfrazadas de familiares, mientras
que se señaló la ausencia de Blázquez como un gesto más
conciliador de este prelado, que evitaba echar más leña al fuego.
Sin
embargo los mismos periodistas olvidaron el desplante que el actual
arzobispo de Valladolid le hizo a Soraya Saenz de Santa María cuando
ésta fue designada para dar el pregón de la Semana Santa por sus
responsables. Según Blázquez su condición de casada civilmente
hacía inapropiada su elección. De igual forma a finales
de 2008 arremetía contra los derechos de gays y lesbianas señalando
su deseo de volver a prohibir la consideración de matrimonio a sus
uniones por considerarlo una “desfiguración” del sacramento.
Aprovechando el micrófono también tuvo palabras para calificar de
“duro golpe” la aprobación de la ley que peyorativamente se ha
llamado del “divorcio express”.
En
definitiva la sensación es de estar ante lo que vulgarmente se
conoce como la representación del “poli bueno” y del “poli
malo”. Rouco con sus diatribas constantes contra todo lo que no sea
heterosexualidad inserta en el matrimonio y en defensa de una
sociedad públicamente religiosa cuyo catolicismo impregne todas sus
instituciones, es decir, el “poli malo” de pecadores, ateos y
librepensadores; y Blázquez con su perfil más “moderado”, su
talante negociador y diplomático que obtiene resultados por otros
medios, es decir, el “poli bueno” que además ahora viene de la
mano de nuestro “Papa pobre”.
La
fuerza de la combinación de ambas cabezas de la misma hidra es
incalculable, una vez que ya comprobamos en qué consiste el
“dialogante” carácter de Ricardo Blázquez. En el año 2007
Rodríguez Zapatero obtuvo el dudoso honor de ser el presidente que
más dinero público entregó a la iglesia en toda la historia de la
democracia. Esto ocurrió tras las negociaciones protagonizadas por
Blázquez con el gobierno para subir la asignación de cada x en la
casilla del IRPF del 0,42%, que se entregaba hasta entonces, a un
0,7%. Esta simple medida supuso ingresar un 30% más mientras que
prácticamente hubo el mismo número de personas que marcaron la
casilla respecto al año anterior. Fueron más de 60 millones de
euros por encima de lo recaudado el año anterior, por lo que Camino,
portavoz de la Conferencia Episcopal, salió muy sonriente explicando
su satisfacción en rueda de prensa. Esas fueron las nueces obtenidas
de los golpes que sus colegas, entre los que se encontraba Rouco,
daban en las calles voceando sobre lo que las mujeres tienen que
hacer con sus cuerpos.
Pero
si todavía había alguna duda sobre la alineación que tiene
Blázquez en las distintas “sensibilidades” de la iglesia
cualquiera puede comprobar cómo en el año 2010 fue el encargado
nombrado por la Santa Sede de la visita apostólica del movimiento
Regnum Christi, punta de lanza laica de los ultraconservadores
Legionarios de Cristo. Rouco ha demostrado también gran
simpatía por la estructura creada por Marcial Maciel, pederasta
confeso y fugado y adicto al dinero y a los tranquilizantes, aunque
últimamente se ha decantado por el impulso al otro gran peligro
social: el camino neocatecumenal de Kiko Argüello.
Viendo
la trayectoria del señor Blázquez y sus habilidades, sobretodo a la
hora de recaudar, no solo desconfiamos de que constituya una
renovación en la jerarquía de la iglesia española, sino que hay
que tener la certeza de que son dos tazas del mismo caldo.