Alfonso Álvarez, Secretario General de la Confederación, nos cuenta en esta entrevista los objetivos y expectativas que tiene el sindicato para la huelga general del 14N, así como otras cuestiones relacionadas con el «Otoño caliente» y las posibilidades del modelo sindical de la CNT.
Redacción | Periódico cnt
Pregunta: Al final no se ha podido concretar una convocatoria del conjunto del sindicalismo alternativo y nuevamente tenemos que ir a rebufo de la agenda de CCOO-UGT ¿Creéis que es así? ¿Qué valoración hacéis de este hecho?
Respuesta: Sí, eso es así, sin embargo que no se hayan dado las condiciones en esta ocasión para lograr una convocatoria al margen de CCOO y UGT no significa que no puedan darse en el futuro. La CNT tiene claro que su apuesta pasa por ahí, siempre que este tipo de procesos se fragüen desde el trabajo netamente unitario, y así lo hemos hecho público recientemente. También tenemos claro que el 14N no iremos a la huelga para apoyar a CCOO y UGT, sindicatos que no hace tanto firmaron cosas como el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, por citar un único ejemplo, sino que iremos a la huelga con el fin de que sea un paso más en el avance de los trabajadores y trabajadoras hacia la restitución y ampliación de sus derechos, en detrimento de quien vive del esfuerzo ajeno.
P: ¿Qué objetivos se marca en concreto la CNT para el 14N?
R: Nos marcamos los mismos objetivos que en anteriores huelgas: trabajar de cara a generar una oleada de movilizaciones que marquen una ruptura con las políticas de concertación social del mal llamado sindicalismo mayoritario.
Nuestra idea del 14N es que es un día de conflicto abierto, de enfrentamiento con quienes están expoliando a los trabajadores; por ello la CNT apostará por realizar convocatorias unitarias lo más masivas posible, siempre al margen del sindicalismo institucional y centrándose en incentivar el espíritu de lucha de los trabajadores y trabajadoras. Es muy importante para nosotros que cale el mensaje de que enfrente tenemos a todo un grupo de políticos y empresarios que están dispuestos a robárnoslo todo, y que ante eso sólo queda organizarse para responder con idéntica contundencia a la que ellos emplean.
P: Va a haber algún tipo de actuación coordinada con el resto de las secciones de la AIT, -o sindicatos cercanos a la Internacional- en aquellos países donde se van a producir procesos huelguísticos?
R: CNT siempre ha defendido la necesidad de internacionalizar las luchas, y es evidente que una respuesta adecuada a las políticas que se están imponiendo en distintos países europeos desde las instituciones políticas y financieras europeas exige una respuesta coordinada de la clase obrera por encima de fronteras nacionales que hace mucho que el capital ha dejado atrás. En consecuencia CNT viene defendiendo en el seno de la AIT la necesidad de coordinación de luchas entre las secciones europeas, y más allá del aspecto sindical ha participado en llamamientos a la acción en otros ámbitos de coordinación como el M31. Y en esa línea vamos a seguir porque es vital el fortalecimiento de la lucha internacional. En el caso concreto de la huelga del 14N, trataremos que la AIT se movilice, especialmente en aquellos países donde haya finalmente convocatoria de huelga o jornadas de lucha y que el trabajo que se realice sirva para construir las convocatorias de lucha internacional que necesitamos y que habrán de venir.
P: Y después del 14N… ¿qué?
R: Después del 14N, lo primero es seguir trabajando día a día, en cada centro de trabajo y en cada empresa donde tenemos presencia y actividad, porque es ahí donde está el porvenir de la CNT y el garante de su fortalecimiento. Aparte de eso, y como apuntábamos en anteriores preguntas, es interesante seguir apostando por el trabajo unitario de oposición frontal a los recortes, trasladando al conjunto de la clase trabajadora que existe una alternativa clara y diferenciada al modus operandi de CCOO y UGT.
P: ¿Qué posibilidades ves de la convocatoria de una huelga general indefinida?
R: La huelga indefinida es una idea que va creciendo dentro del mundo del trabajo. Estamos convencidos, nosotros y cada vez más trabajadores y organizaciones, de que es la única manera de hacerle retroceder al capitalismo. Las posibilidades de llegar a esa huelga dependerán de la capacidad que tengamos de aunar, en torno a esa idea, a un número importante de organizaciones y trabajadoras.
Creo que es una posibilidad que debemos tener en mente en todo momento, a pesar de la gran dificultad para alcanzar hoy día ese escenario y la gran responsabilidad que supone convocarla. Llegar a la huelga general indefinida supone estar dispuestos a arriesgar muchas cosas. Porque además, hay que hacerla para ganarla. Lo contrario supondría un desastre para el conjunto de los trabajadores.
P: Una reforma laboral que da poder absoluto a la patronal, recortes de derechos, privatización de la sanidad y la educación, aumento de las cifras del paro, aumento de la edad de jubilación, la carestía de los productos con la subida del IVA, el país rescatado por la UE… Ante esta perspectiva catastrófica, ¿qué nos queda?
R: Bueno, es evidente que si la acción sindical ya era difícil con el supuesto «Estado del Bienestar» ahora se dificulta aún más. La pérdida de derechos a todos los niveles así como las reformas laborales que han entregado a la patronal muchas más herramientas de represión y control, nos ponen a todos los trabajadores y trabajadoras en una complicada situación. Pero al mismo tiempo, se genera la posibilidad de que, cada vez más, aparezcan trabajadores y trabajadoras e incluso colectivos que se planteen una posición de lucha frontal contra este estado de cosas.
Creo que por nuestra estrategia sindical y las características de nuestra organización, familiarizada con la lucha sin privilegios y muchas veces en clandestinidad dentro de las empresas, tenemos una mayor capacidad de adaptación a la nueva realidad que cualquier otro sindicato.
Por eso, ahora más que nunca tenemos que potenciar la coordinación y puesta en marcha de los mecanismos de autodefensa de los trabajadores y trabajadoras y de la propia CNT. Es lo que nos queda: organización y lucha.
P: ¿Qué puede aportar la CNT a la gran cita del «Otoño caliente»?
R: Coherencia, ilusión y dignidad. Coherencia, porque estamos en un momento en el que la crítica general al poder y a todo lo que lo acompaña, está empezando a poner en entredicho el sistema político y a los que forman parte de él, sobre todo partidos, sindicatos y las diferentes formas de representación.
Nosotros, que somos una organización que ha rechazado cualquier forma de integración en el sistema, no colaborando con el modelo de elecciones sindicales y todo lo que conlleva, estamos demostrando que es posible otra forma de hacer sindicalismo.
Una forma diferente a la que actualmente se practica por todos los sindicatos de este país, independientemente de que partan de posturas pactistas o de confrontación. Ilusión, porque sobrevivir a la integración dentro del modelo sindical imperante y tener una acción sindical cada vez más creciente, nos demuestra que nuestro modelo es posible. Y dignidad porque, a pesar de que las consecuencias que tiene negarnos a participar en las estructuras de los comités, hoy estamos demostrando con nuestra actividad que el esfuerzo merece la pena y que somos capaces de construir una fuerza sindical y un movimiento social al margen de las estructuras del Estado y del poder y por lo tanto, favorecer a largo plazo un cambio social profundo.
P: Salvo en las grandes capitales como Madrid, parece que la efervescencia del 15M se ha venido un poco abajo, ¿qué lecciones podemos sacar de esta experiencia?
R: El 15M es el movimiento más importante desde la transición. Su deseo de cambio social, la crítica a las estructuras del Estado y a la política como grandes líneas ha puesto de acuerdo a mucha gente, incluso de muy diferentes posturas ideológicas.
Su apuesta por la asamblea y la horizontalidad en la toma de decisiones, ha conseguido construir un movimiento ilusionante y un gran revulsivo social, a pesar de su contracción una vez puesto fuera del foco mediático. Creo que la lección más importante es que nuestros planteamientos ideológicos, nuestra estructura horizontal de organizarnos están hoy tan vivas como siempre, lo que nos demuestra que estamos en el buen camino. Seguimos viendo que cuando la sociedad rechaza al poder y sus componendas, tiene una tendencia natural a organizarse como nosotros llevamos haciendo más de 100 años. Por eso queremos que la CNT se convierta en una organización de referencia para las personas que aspiran al cambio social.
P: ¿Qué puede ofrecer la CNT a la clase trabajadora del siglo XXI?
R: Lo primero, ser una organización capaz de asumir en su seno al conjunto de la clase trabajadora. La CNT se creó para hacer la revolución social y este proyecto necesita a millones de trabajadores y trabajadoras unidas en torno a esa idea. Por otro lado, nuestra independencia de cualquier forma de poder u organización política. Porque, aunque mucha gente no lo sepa o no se lo crea, la CNT no recibe ningún tipo de subvención y sus miembros toman las decisiones sobre su acción y su futuro sin injerencias de ningún tipo de grupo político o ideológico.
Ofrecemos una propuesta para crear una sociedad diferente, tanto en el plano político como económico, teniendo como bases la toma horizontal de decisiones y la justicia social. Ofrecemos a los trabajadores y trabajadoras nuestras herramientas para la defensa de sus intereses en las empresas, tanto en el plano de la acción social como jurídica, demostrando día a día que la solidaridad de los compañeros y compañeras en la acción, tanto en las empresas como en la calle, es el mejor y acaso el único mecanismo de autodefensa que existe.
P: ¿Podrías darnos ejemplos de ese potencial que mantiene la CNT?
R: El hecho de estar presentes en el Estado español en una buena parte de su geografía, sin recibir un euro de subvenciones, sin ningún liberado y al margen de los grandes medios de comunicación-desinformación, ya podría ser considerado en si mismo un gran potencial. Por otro lado, nos enfrentamos con nuestros propios medios a los ataques del Estado y sus políticas y leyes anti-sindicales.
La CNT multiplica diariamente su capacidad de lucha en diferentes conflictos. La acción en grandes empresas como Eulen o Mercadona, donde el sindicalismo está prácticamente prohibido; en los grandes sectores en reconversión como en Iberia y aeropuertos o la actuación contra diversos ERE´s, dan muestra de ello.
Para terminar, creo que no exagero si digo que seguimos siendo el único sindicato capaz de generar un conflicto en la calle, en las empresas y en los tribunales cuando una persona, una sola persona, es despedida o son vulnerados sus derechos y acude a la CNT.
* Entrevista preparada en base a las realizadas en el cnt nº 394 y en el especial #Otoñocaliente.