La «Furia Libertaria» de Fernando Carballo Blanco

MEMORIA | Ilustración de Raulowsky | Extraído del cnt nº 438

El 30 de mayo de 1924 nació en un pueblecito de Valladolid, Castromonte, el anarcosindicalista de la CNT, Fernando Carballo Blanco.

Hijo de Aniceto Carballo, obrero en los talleres de la Compañía de Ferrocarriles del Norte y militante de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), fusilado en 1936 en Valladolid por el franquismo.
Fernando Carballo, fue el preso político que cumplió más años en las cárceles franquistas y principios de la transición.

Cuando empezó a trabajar como tratante de animales, conoció a los campesinos que habían sido despojados de las tierras que trabajaban en las colectividades. Se dio cuenta de que faltaban hombres que lucharan contra esas salvajadas, y que eran los políticos quienes las hacían. Se inclinó directamente por el anarcosindicalismo y, en 1963, se afilió a la CNT clandestina y se dedicó sobretodo a tareas propagandistas.

En el verano de 1961 la CNT celebró el Congreso en Limoges. En ese mismo Congreso se aprobó la creación de un organismo secreto conocido como Defensa Interior (DI), grupo de acción clandestino de la CNT clandestina, con el objetivo de dinamizar la acción armada y conspirativa contra el franquismo y que tenía como blanco principal matar a Franco.

Defensa Interior quedó formada por cuatro conocidos militantes exiliados en Europa, dos en America y uno en Africa: por la CNT en Europa, Acracio Ruiz y Cipriano Mera; por la FAI y representando al exilio libertario en America y Europa respectivamente, Juan Garcia Oliver y Germinal Esgleas; por la FIJL, Octavio Alberola; y representando a la CNT en Africa, Juan Jimeno.

Fernando Carballo fue detenido en agosto de 1964 junto al escocés Stuart Christie, fundador de la Cruz Negra Anarquista y Cienfuegos Press además de coautor de Las compuertas de la anarquía, por tenencias de explosivos y por intentar atentar contra el régimen franquista y contra Franco aprovechando la celebración del partido de fútbol España- URSS en el estadio Bernabéu de Madrid que se celebró en junio de ese año.

«Yo me dedicaba a la propaganda. Efectivamente tenía explosivos plástico, fulminantes y ácido sulfúrico, pero me faltaba clorato mezclado al 50% con azúcar. (…) no hay nadie que pueda averiguar el pensamiento o la intención. Tal vez como antifranquista yo necesitaba tener aquello. Puede que algún día hubiese llegado el momento de usarlo, o no; pero no se puede forjar una acusación sobre esa base. Efectivamente, la única acusación fue posesión de explosivos.»

El 1 de septiembre de 1964 un consejo de guerra lo condenó a 30 años de prisión y a Christie a 20.

A partir de aquí empezó su lucha anticarcelaria.

En noviembre de 1969 llevó a cabo una huelga de hambre para obtener el estatus de preso político. En noviembre de 1970, en la prisión de Burgos, realizó una nueva huelga de hambre en solidaridad con los presos de la organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA, País Vasco y Libertad). Hasta 1971 permaneció encerrado en Burgos, hasta 1975 en Alicante y luego pasó por diversas cárceles haciendo «turismo penitenciario» (Córdoba, Valladolid, Alcalá de Henares, Jaén, El Puerto, Carabanchel, etc.).

LA LUCHA ANTICARCELARIA DE FERNANDO CARBALLO

En sus repetidos e interminables encierros, Fernando sufrió malos tratos, torturas, huelgas de hambre, traslados, castigos, …

Pasó 244 días en aislamiento en diferentes Centros Penitenciarios. Burgos, Penal de Ocaña, Puerto de Santa Maria, Tarragona… 24 horas de aislamiento total sin hablar ni ver a nadie, sin paquetes ni cartas, y la mayoría de las veces sin poderse ni siquiera sentar. Lo que llamaríamos Régimen FIES. La cárcel dentro de la cárcel.

Los frecuentes traslados, fueron para el una mayor amenaza. Consistían en llevar a los presos de un extremo al otro de España sin ninguna razón ni necesidad. Eran tantos los sufrimientos y las vejaciones en el curso de los interminables traslados, aumentados por el convencimiento de su suerte que intento varias veces fugarse en su transcurso, prefiriendo que le pegasen un tiro antes de llegar a su punto de destino.

En Alcázar de San Juan se subió a unos de los tejados con la mala suerte de que se rompieron dos tejas y los carceleros lo engancharon.

En el tren que marchaba de Córdoba a Sevilla, logró liberarse de las esposas y trató de saltar por la ventanilla del tren. Los carceleros lo pillaron y lo destrozaron a golpes y porrazos.

A pesar de todo Carballo tenia una resistencia increíble, una capacidad de recuperación asombrosa y mantuvo con gran entereza el ánimo, el veterano militante de la CNT superó con vida las más angustiosas torturas.

Fue un hombre con generosidad de ánimo increíble, y nunca creyó en aquella amnistía de 1977, debían ser incluidos los llamados presos comunes o sociales, víctimas en la mayoría de los casos de las injusticias de una sociedad capitalista y las condiciones anormales que España había vivido después de una Guerra Civil.

«Yo he vivido en la miseria y entre la miseria y las calamidades que he visto me han hecho comprobar que la mayor parte de los delincuentes lo son por necesidad. Cuando a uno le falta una alpargata para sus hijos, tiene que conseguirla como sea. Si un desgraciado va y roba un saco patatas, le meten seis o doce años de cárcel. En cambio, vamos a coger a los responsables de Matesa, de Sofico… ¿No habría que ponerle más? Sin embargo, es al contrario.

En fin, conviviendo con ellos, conociendo sus causas, es como he llegado a la conclusión de que la injusticia social más descomunal es la que se hace contra estos hombres. Muchos de los delitos llamados comunes se podrían denominar, no políticos, pero sí sociales.»

SU PUESTA EN LIBERTAD

Puesto en libertad en enero de 1977, salió como sale cualquier persona que se ha tirado tanto tiempo en la cárcel, aturdido. Salió a un mundo que no era el que él había conocido antes de entrar en la cárcel. A pesar de eso se adaptó bastante bien. Conoció la realidad del momento. Su reivindicación sobre la mala situación de los presos fue una constante en sus intervenciones en libertad.

Su llegada a Madrid, donde fue recibido por una comitiva de la CNT, desembocó en una manifestación y algún detenido por la policía. Regresó a Valladolid, donde fue objeto de varias entrevistas por la prensa local.

El 27 de marzo de 1977 en la plaza de toros de San Sebastián de los Reyes, tuvo lugar el primer mítin de la organización anarcosindicalista tras la muerte de Franco.

Presidido por Juan Gómez Casas, secretario general de la CNT, donde intercinieron Lluis Andrés Edo, delegado regional en Cataluña; Eduardo Prieto, delegado regional en Asturias; Mekel Orrantía, en el País Vasco; Joan Ferrer, del País Valenciano; José Luis García Rúa, de Andalucía, y Leandro Quevedo, de Madrid. Fernando Carballo, y Navarro, un joven francés que habló en nombre de la Asociación Internacionales de los Trabajadores (AIT).

Fue un mitin de masas, donde asistieron unas 25.000 personas y quedaron fuera del recinto unas 15.000, llegadas de diferentes puntos del Estado y del exilio. De este mitin se realizó una película documental, filmada por los libertarios franceses Roger Langlais y Guy Cuestes, que fue entregada a la CNT de París y que la difundió.

Y Carballo intervino entre tremendos aplausos de los asistentes:

«Me voy a dirigir con dos palabras a esta plaza, a esta placita llena de furia libertaria. A vosotros esos jóvenes libertarios que habéis sido capaces de vencer al fascismo franquista (…) vosotros sois los que tenéis que liberar a España, los que tenéis que hacer una Confederación potente, los que tenéis que hacer un movimiento libertario capaz de arrasar al fascismo y al capitalismo (…) Compañeros españoles, compañeros del universo que es nuestra patria, no destrocéis vuestras manos aplaudiendo al orador, destrozad vuestras manos para destruir al fascismo internacional».

Fue detenido de nuevo, en enero de 1979 fue condenado a un año y medio de prisión.

Fernando Carballo Blanco falleció el 5 de noviembre de 1993 en Denia (Alicante, Valencia) de un paro cardíaco mientras dormía.

Sólo me queda por decir, que la CNT debería tener más en cuenta a las personas que están en esos centros de exterminio. Por ser personas víctimas de un sistema injusto y por estar explotadas laboralmente.

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