Hace cuatro días que el equipo rector de la Universidad Carlos III de Madrid, reunido en Consejo de Gobierno, aprobó unos hipócritas programas propios donde la avalancha de despidos entre el personal docente e investigador intentan camuflarse bajo una serie de medidas caritativas por las que algunos profesores no permanentes, se supone que los menos díscolos, quedarán «rescatados» de las garras del paro:
ACUERDO DEL CONSEJO DE GOBIERNO DE LA UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID POR EL QUE SE REGULA EL PROGRAMA PROPIO DE APOYO A DOCTORES
(…) Los doctores cuyo contrato no prorrogable termine durante el curso académico en un departamento con déficit presupuestario podrán presentar su solicitud para participar en este programa propio en el registro de la Universidad antes del final de mayo del curso anterior. Además, deberán entregar su currículum vitae, una carta explicando su trayectoria dentro de su campo de trabajo y el informe favorable del correspondiente departamento.
Junto a esa compasiva decisión, a este equipo de gobierno se le ha ocurrido otra idea brillante para luchar contra la precariedad laboral y el desempleo que nos afecta y amenaza al 60% de los que aquí trabajamos. Se trata de la creación de la figura del «profesor honorífico», un docente «de reconocido prestigio sin vinculación contractual o estatutaria con la Universidad», o sea un profesor que trabaja gratis.
ACUERDO DEL CONSEJO DE GOBIERNO DE LA UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID POR EL QUE SE REGULA LA FIGURA DE PROFESOR HONORÍFICO
(,,,) El Rector, oído el Consejo de Dirección, podrá también designar como Profesor Honorífico a personas que participen en programas institucionales docentes o de investigación de especial interés para la Universidad (…) La colaboración como Profesor Honorífico se extinguirá al final de cada curso académico (…) A propuesta del departamento correspondiente, o a iniciativa propia, el Consejo de Dirección podrá revocar en cualquier momento dicha colaboración. (…) El Profesor Honorífico podrá voluntariamente participar en las actividades docentes e investigadoras que se asignen por el correspondiente departamento. Para tener asignación oficial de créditos de docencia, deberá solicitar y obtener la venia docendi. (…) La colaboración con la Universidad posee naturaleza honorífica, sin que de la misma se derive vínculo contractual o estatutario. El Profesor Honorífico no percibirá retribuciones ni contraprestación alguna por su colaboración, si bien tendrá acceso a las instalaciones y servicios propios de la Universidad para el desarrollo de su actividad. En los términos en que establezca el Consejo de Dirección, el Profesor Honorífico tendrá derecho a identificarse y presentarse como tal. Al finalizar su actividad de colaboración, el correspondiente departamento de la Universidad expedirá a favor del Profesor Honorífico un certificado acreditativo de la labor desarrollada en la Universidad Carlos III de Madrid.La Universidad suscribirá una póliza de seguro de accidentes a favor del Profesor Honorífico con cargo al presupuesto del departamento que haya propuesto su nombramiento. La póliza correspondiente a los Profesores Honoríficos contratados de acuerdo al apartado Tercero de esta norma será sufragada por la Universidad.
Muchas gracias, queridos Daniel Peña, Carlos Balaguer, Isabel Gutiérrez, Juan Romo y demás familia, les agradecemos mucho sus limosnas. Entendemos que sus sueldos desorbitados, con sus golosos complementos retributivos por participar en un equipo de gobierno tan lúcido como el suyo les permiten tener con nosotros esos actos de generosidad.
Pero resulta que en la Sección Sindical de CNT-AIT en la Universidad Carlos III no nos interesan sus migajas. Estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para luchar por nuestros puestos de trabajo, por un empleo digno y unas condiciones laborales estables en esta universidad pública.
Ayer inauguramos oficialmente su flamante nuevo campus en el centro de Madrid, su «Puerta para el Emprendedor y la Creatividad.»
Allí, a esa puerta, también les vamos a tocar.