Un año más, nos acercamos a una fecha tan significativa para quienes aspiramos a transformar la sociedad desde el mundo del trabajo como es el Primero de Mayo, inmersos en esa profunda crisis económica que tantas y tantas veces hemos visto utilizar a los poderes fácticos de nuestra sociedad para legitimar el recorte de turno.
Sin embargo, este año guarda la diferencia respecto a los últimos de que en esta ocasión llegamos al Primero de Mayo soportando a nuestras espaldas una oleada muy reciente y muy concentrada de recortes antiobreros sin apenas precedentes en las últimas tres décadas; recortes que, como la CNT ha denunciado ya en los varios comunicados y notas de prensa hechas públicas a cada ocasión y a cada firma de estos pactos y reformas, suponen una gravísima pérdida de derechos para todos nosotros, para todos los trabajadores, que precarizarán en el futuro próximo todavía más nuestras condiciones de trabajo, que disminuirán nuestras pensiones, que nos harán trabajar más años por menos dinero, que enterrarán la negociación colectiva, etcétera. Todo ello, por supuesto, en nombre de la cacareada “recuperación económica”, argumento sempiterno del gobierno del PSOE que no esconde otra cosa que pretender volver a subirse a la ola de la especulación salvaje y los beneficios empresariales ilimitados sin que, entre tanto, ningún empresario ni banquero pierdan dinero, pese a ser ellos mismos los responsables directos de la crisis.
Siendo conscientes de la gravedad de semejante ataque contra el conjunto de los trabajadores y de la necesidad de intentar pararlo y revertirlo si no queremos que gobierno, patronal y burocracias de CCOO y UGT culminen el entierro social del movimiento obrero, la CNT ha hecho un llamamiento en fechas recientes a las organizaciones sindicales que en las últimas semanas y meses han hecho patente su rechazo al Pacto Social, con el objetivo de llegar a un acuerdo de mínimos que nos permita a todos iniciar de forma unitaria en calles y tajos cuantas luchas sean posibles para “darle la vuelta a la tortilla”, como reza el dicho popular.
No obstante, dicho lo anterior y teniendo siempre presente la necesidad de aunar esfuerzos para que la salida de la crisis no pase por abaratamientos de despidos, firmas continuadas de EREs, recortes a los parados, aumento del desempleo y la edad de jubilación (por dar algunos ejemplos) la CNT no quiere dejar pasar la ocasión de plantear, en el contexto de una fecha con tanta carga de lucha como el Primero de Mayo, la necesidad de todo sindicalista consciente, pertenezca a una u otra organización, de cuestionar no sólo a las cúpulas de CCOO y UGT, sino también al propio modelo sindical que ha convertido a dichas cúpulas en “representantes” únicos e inamovibles de nuestros intereses de clase, y que por lo tanto ha permitido que dichos intereses de clase se vean constantemente contrariados por la realidad de cada nuevo pacto, cada nueva reforma y cada nuevo decreto relativos al mundo del trabajo.
Desde la CNT entendemos que la desmovilización de los trabajadores no es un factor meramente casual, ni propiciado únicamente por la labor intoxicadora de los medios de comunicación, sino que responde también a causas estructurales: cuando el método de organización en las empresas seguido de forma mayoritaria pasa por un modelo sindical de representación (el fijado en el ET y la LOLS, que hace recaer su peso sobre las elecciones sindicales, los delegados de personal y los comités de empresa), un modelo en el que se protege fuertemente contra el peligro del despido a una clara minoría de cada plantilla (la que resulta elegida como representante exclusivamente) dejando al resto en situación de mayor exposición al problema del paro, resulta lógico que ese resto de los trabajadores prefiera no moverse, dado que no gozan de la misma protección, y tienda de manera natural a dejar en manos de la minoría todos los asuntos relativos a sus condiciones de trabajo. Desde la CNT, por el contrario, entendemos que el freno a esta cascada de recortes no lo encontraremos en los votos sino en la conversión de la militancia sindical en un fenómeno mayoritario dentro de las empresas: todos lo estamos viendo, la única manera de obtener conquistas, o al menos frenar retrocesos, pasa por la lucha y la implicación directa de la mayoría de los afectados, nunca al revés.
Nadie dice que esto sea fácil de llevar a cabo, o que el éxito esté garantizado, pero lo cierto es que como no podemos seguir, es como venimos estando hasta ahora. Y es ahí donde la CNT tiene una alternativa clara que ofrecer, una alternativa que prescinde de privilegios de cualquier tipo y que hace recaer todo su peso y su capacidad sobre la acción de quienes la llevan a cabo: la alternativa de la sección sindical como herramienta organizativa en los tajos. Tanto en el pasado reciente como en el presente, hemos visto muchos despidos y sanciones que respondían a represalias contra trabajadores movilizados convertirse en nulos, incluso hemos visto a empresas sentarse a negociar la concesión de la garantía laboral (es decir, la extensión de la protección frente al despido a toda la plantilla) u otro tipo de mejoras, todo ello fruto de una acción sindical bien planificada y desarrollada, siempre bajo la máxima de que el sindicalismo no puede ser algo ajeno a la clase obrera, y no puede por lo tanto sustentarse en privilegios. Hemos visto éxitos a lo largo y ancho del Estado Español, como el de la huelga de Flightcare en el Aeropuerto del Prat, donde la empresa ha visto frustrados sus intentos por ilegalizar los paros convocados por la CNT, y asistimos en estos momentos a una nueva huelga convocada también por la CNT en la empresa AUSSA, precisamente reivindicando entre otras cosas la retirada de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo y la concesión de la mencionada garantía laboral. Hemos visto cómo empresas del calibre de Eulen han sido obligadas a cambiar el convenio que venían aplicando a sus trabajadores en toda una ciudad por otro con mejoras notables sobre el anterior, o cómo un largo etcétera de empresas se han visto obligadas a cambiar su política de contratación, o a subsanar cesiones ilegales de trabajadores… siempre con el modelo sindical que propone la CNT como común denominador, y todo ello sólo en el último año: ese modelo sindical que, como decíamos, dice sí a la participación de todos los afectados en sus problemas a través de la sección sindical y por la misma razón dice no a los comités de empresa, ese modelo que dice no a subvenciones y cánones de negociación, porque busca la independencia económica para poder defender únicamente intereses de los trabajadores y no deberse a nadie más.
Por todas estas razones, cerramos este comunicado tal como lo empezamos: hoy más que nunca es necesaria la unidad de acción de todos aquellos que rechazamos el pacto social, pero también es hoy más necesaria que nunca la revisión autocrítica del modelo sindical que nos ha conducido a todos los trabajadores a este callejón sin salida.
POR EL SINDICALISMO DE CLASE, ECONÓMICAMENTE INDEPENDIENTE Y DE ACCIÓN DIRECTA
POR EL ANARCOSINDICALISMO
VIVA EL PRIMERO DE MAYO
Secretaría de Acción Sindical – Comité Confederal de la CNT