La capacidad política del capitalismo, del Estado y de la religión: el mundo en guerra

COLUMNISTAS | JOSÉ LUIS VELASCO

Ideologías actuales, viejas en el
tiempo, criminales en su historia y en la actualidad. Más de 200.000 muertos en
la Guerra de Siria, miles de muertos en la franja de Gaza, en Irak, otros tanto
en Ucrania, guerras nuevas que sustituyen la actualidad informativa de otras
tantas guerras.

El mundo en guerra, es la ideología y la
capacidad política del capitalismo, del estado y de la religión. Y aun así, con
la evidencia y la realidad de la barbarie, las elites dominantes, las clases
dirigentes defienden la bondad de unas ideologías políticas: el estado, el
poder y la autoridad; de unas ideologías económicas: el capitalismo, la
competencia, la desigualdad, la explotación; de unas ideologías religiosas: la
creencia en Dioses, seres superiores, revelaciones divinas y sobrenaturales,
irracionalidades y mentiras.

La trilogía política de la religión, el
poder y el capitalismo es la barbarie y la causa primera y última de la injusticia
y la tragedia de las sociedades históricamente y en la actualidad. Han dividido
y dividen a la sociedad en clases sociales, promueven el enfrentamiento
político, social, económico, sindical, religioso y cultural, étnico y racial,
deportivo y artístico,  generan
conflictos de cualquier tipo a las sociedades para ocultar el único
enfrentamiento real que tiene que afrontar la sociedad: la guerra de clases, la
destrucción de las clases sociales, la destrucción del poder, del capitalismo y
de la religión.

El progreso social de la humanidad
sienta sus bases en la capacidad política de las ideas anarquistas, tanto
históricamente como en la actualidad. El mundo avanza cuando se ponen en práctica
ideas de ayuda mutua, de colaboración, de cooperación, de solidaridad; ideas de
libertad real y social de autoorganizacion, de autogestión, de federalismo;
ideas de acción directa social, de actuación directa de la sociedad; ideas
económicas de igualdad y justicia económica, de riqueza y de trabajo para todos
por igual, con propiedad social y colectiva: sin propiedad; ideas de una
cultura y conocimiento de la ciencia y de la razón, de la experimentación y de
la evidencia de la naturaleza de las cosas; ideas de una sociedad sin clases
sociales, todos libres y todos iguales en derechos y deberes.

Es necesario un cambio ideológico social
que basándose en las ciencias políticas, sociales y económicas reconozca al
poder, el capitalismo y la religión, y a sus estructuras de poder, explotación
y crimen como la única causa de las injusticias y tragedias de todo tipo de las
sociedades. Y a su vez, que considere a la ideología de la libertad, la igualdad y la ciencia: el anarquismo, la única vía de progreso y transformación
política, económica y social.

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