Llamamiento a la manifestación anarcosindicalista del 29 de septiembre en Jaén (12:00, Plaza de la Libertad, junto a la Estación de Autobuses):
Los últimos cinco años están
siendo demoledores para la clase trabajadora. Al altísimo nivel de paro se le suma
la ola de recortes sociales que están destruyendo los derechos sociales básicos
conseguidos tras años y años de lucha obrera. Por otro lado, las reformas
laborales de PSOE y PP han establecido el despido libre y la situación de los
trabajadores empeora debido a los problemas de impago de hipotecas, el aumento
indiscriminado de los impuestos indirectos, la factura de la luz y el agua, la
merma de ayudas sociales, etc. Todo esto conlleva que muchas familias
trabajadoras se vean de la noche a la mañana en la calle, sin un mínimo nivel
de ingresos que les permita tirar hacia delante dignamente.
La situación en Jaén es más
grave todavía. La provincia padece una de las tasas de paro más alta de toda
España y nuestra juventud se ve abocada a la emigración, como si estuviéramos
en los años 60. Paro, emigración, inestabilidad laboral, precariedad… Ese
parece ser el futuro que los ricos, que al fin y al cabo son los que mandan,
nos quieren imponer a los jiennenses.
Ante esta situación crítica
para los de abajo, los partidos políticos han reaccionado obedeciendo a sus
amos de Europa. Los banqueros, los grandes empresarios y los dueños de multinacionales
han dictado sus órdenes: según ellos debemos ser nosotros, los trabajadores y
trabajadoras, el pueblo llano, quienes paguemos los platos rotos de la crisis
que han causado estos delincuentes.
Por otro lado, algunos
partidos de izquierda y los sindicatos del régimen han decidido que la mejor
manera de salir de esta crisis es reformar el sistema, esto que llaman
“democracia”, haciéndolo más justo –dicen- y poniendo todos sus esfuerzos en volver
a la situación anterior (consumo desaforado, crédito sin restricciones, paz
social, etc.). Pero eso es imposible y mucho menos deseable.
Porque es precisamente ese
sistema, este capitalismo criminal que nos está robando la vida, lo que hay que
destruir, lo que hay que superar, para salir de esta situación sin echar la
vista atrás y con ánimo de levantar un mundo nuevo, más justo y libre. Desde la
CNT tenemos claro que no queremos una reforma del sistema. No creemos que nos
vayan a sacar de esta los iluminados de turno y mucho menos los que se han
encargado de hundirnos en la miseria. Tampoco van a cambiar las cosas los
sindicatos y partidos políticos que han contribuido a que hoy en día estemos
como estemos.
Desde la CNT pensamos que el
pueblo solo puede confiar en sí mismo. Los trabajadores y trabajadoras, que
somos los que movemos el mundo, hemos de bastarnos por nosotros y nosotras
mismas para salir de esta. Nuestra respuesta, la de los trabajadores,
estudiantes y parados organizados en la CNT, es salir de la crisis dándole la
espalda al capitalismo, generando un tejido productivo al margen de los
capitalistas, autosuficiente, y articulando entre todos y todas una respuesta
contundente a los ataques del capital, que se ha empeñado en robarnos lo poco
que nos queda.
Pero para lo anterior hay que
renunciar, en primer lugar, a la resignación, al pesimismo. Muchos de nosotros
y nosotras no tenemos nada, así que no tenemos nada que perder. Tenemos que
hacer que el miedo cambie de bando y que sean ellos, los ricos y poderosos, los
que teman al pueblo organizado. Este es un camino, el de la desobediencia, que
cada día toma más gente, porque en situaciones como la actual, donde nos están
robando todo, no queda otra que perder el miedo y la vergüenza, y echarse a la
calle a pelear con uñas y dientes por el futuro de los nuestros, del pueblo
llano… Ese pueblo del que los políticos solo se acuerdan cuando se acercan las
elecciones.
Recuperemos la esperanza y
plantemos cara a los que nos quieren robar el futuro. Hay que perderles el
miedo y luchar por lo que es nuestro. Decir bien alto que no se puede dar ni un
duro a los banqueros mientras nuestras familias pasen hambre y que no se van a
reír de nosotros porque estamos decididos a hacérselo pagar.
¡Viva la lucha de la clase
obrera!
¡Arriba los que luchan!