In Nomine Money

Por el sistema de alcantarillado del Paraíso

discurre un río sin nombre.

Un río de aguas negras

50% lágrimas de ángeles a comisión

50% líquido amniótico de bolsas

que contenían fetos hipotecados,

niños condenados a nacer vendidos.

Ese mismo río

(sumidero de crisis más fenicio que estigio)

alimenta bocas no de hambrientos

sino bocas de riego de las que brota agua fresca,

sostén de la economía sumergida

que alimenta la sobrevalorada vegetación del Edén.

Sistema de riego de llanto, carencia y muerte

que a Dios Nuestro Señor le recuerda

-no con lástima, sí con nostalgia-

el ERE que conllevó el despido de sus jardineros titulados:

Adán y Eva.

RSS
Follow by Email
WhatsApp