El sábado 25 de enero se celebró un homenaje a los compañeros anarcosindicalistas que combatieron en el frente del Alto Tajuña, en el nordeste de la provincia de Guadalajara. En torno a los pueblos de Abánades y Canredondo se situó desde las primeras semanas de la Guerra Civil un frente que permaneció tranquilo hasta que en los meses de febrero y marzo de 1938, después de la batalla de Teruel, el IV Cuerpo de Ejército que comandaba Cipriano Mera inició un ataque contra las posiciones rebeldes con el objetivo de aflojar la presión de las tropas franquistas que se aprestaban a avanzar hasta el Mediterráneo.
Los combates en el Alto Tajuña han sido calificados como “la batalla olvidada”, porque han sido poco conocidos y estudiados hasta que, en fechas muy recientes, desde el ámbito universitario han comenzado las excavaciones y estudios de los numerosos restos que salpican el paisaje de la comarca. Esta batalla, en la que tuvieron un protagonismo indiscutible Cipriano Mera y los combatientes libertarios, se saldó con cientos de muertos, heridos y prisioneros, aunque apenas se alteró la línea del frente.
Desde hace meses se estaba intentando colocar una placa en el pueblo de Abánades, donde existe un museo de la batalla y se desarrollan distintas actividades relacionadas con ella, pero ante la negativa de las autoridades, desde la CNT de Guadalajara se optó por colocarla en los restos de un observatorio militar que en aquellos días sirvió de puesto de mando a Cipriano Mera y que, aunque derruido, aún es fácilmente identificable.
A pesar del día frío y desapacible y del abrupto camino desde la carretera hasta el otero de Canredondo, nos reunimos más de sesenta compañeros y amigos que pasamos juntos unas horas recordando la historia y rememorando a Cipriano Mera y al resto de los militantes anarquistas y antifascistas. Algunos de los asistentes tomaron la palabra para comentar la batalla del Alto Tajuña, sus importancia en la Guerra Civil y los pormenores de los combates en ese frente. Los compañeros de Construcción colocaron la placa en la pared del puesto de mando y cantamos “¡A las barricadas!”, terminando la jornada con una comida compartida entre encinas y restos de trincheras.
No queremos dejar de agradecer la presencia constante de la Guardia Civil, que para orientarnos estableció controles a lo largo del camino hasta Cifuentes y Canredondo y que tomó los datos de algunos de los asistentes, seguramente con la sana intención de avisar a nuestras familias si nos perdíamos en el monte.
Fuente: http://memoriahistorica.cnt.es/homenaje-a-la-memoria-de-los-libertarios-del-alto-tajuna/