GLOBAL | Foto: Concentración en Toronto de la IWW | Texto traducido por Laura Boyano | Extraído del cnt nº 427.
Preámbulo de la Constitución de IWW:
- La clase obrera y la patronal no tienen nada en común. No puede haber paz mientras la hambruna y la necesidad sean la realidad de millones de trabajadoras y unos pocos, que son la patronal, tengan todas las cosas buenas de la vida.
- Entre estas dos clases la lucha debe continuar hasta que los trabajadores del mundo se organicen como una clase, tomen posesión de los medios de producción, abolan el sistema de salarios y vivan en armonía con la tierra.
- Creemos que la centralización de la gestión de las industrias en cada vez menos manos deja a los sindicatos incapaces de enfrentarse al siempre creciente poder de la clase patronal. Los sindicatos fomentan un estado de las cosas en el que grupos de trabajadoras acaban compitiendo unas contra las otras dentro de las mismas industrias, derrotándose a sí mismas en una guerra de salarios. Es más, los sindicatos ayudan a la patronal a engañar a los trabajadores en la creencia de que la clase obrera tiene intereses en común con sus patrones.
- Estas condiciones pueden cambiar y el interés de la clase obrera puede ser defendido solamente por una organización formada de tal manera que todos sus miembros de cualquier sector, o de todos los sectores si es necesario, paren el trabajo cuando haya una huelga o cierre patronal en cualquier departamento, por lo que si nos tocan a una, nos tocan a todas.
- En lugar del lema conservador, «Un justo día de salario por un justo día de trabajo» debemos inscribir en nuestra bandera la consigna revolucionaria, «Abolición del sistema salarial».
- Es la misión histórica de la clase obrera para acabar con el capitalismo. El ejército de la producción debe ser organizado, no sólo para la lucha diaria con los capitalistas, sino también para continuar con la producción cuando el capitalismo haya sido derrotado. Organizadas industrialmente estamos formando la estructura de la nueva sociedad dentro de la cáscara de la vieja.
Fundada en 1905, Industrial Workers of the World (IWW) presentó a Norteamérica una alternativa al sindicalismo de oficios de la American Federation of Labor’s (AFL) ofreciendo un sindicalismo sectorial. Mientras la AFL perseguía un sindicalismo de oficios organizando a los trabajadores en función de sus habilidades y gremios de manera local —inicialmente excluyendo a las mujeres, personas de color y frecuentemente a personas inmigrantes— la IWW buscaba un sindicalismo de ramo con el objetivo de organizar a todas las trabajadoras del mismo sector dentro del mismo sindicato —incluyendo a aquellas personas que la AFL excluía.
En la convención de la fundación de la IWW, sindicalistas radicales, socialistas y anarquistas se juntaron para formar este nuevo sindicato, y cuyos principios componen el preámbulo de la constitución, con raíces en la lucha anticapitalista y revolucionaria, en crudo contraste con los de la AFL. Algunas de las personas fundadoras y primeros wobblies —término usado para denominar a las personas pertenecientes a la IWW— más destacados fueron: William D. Haywood, conocido como el «Big Bill», de la Western Federation of Miners (sindicato obrero de la minería asentado en la zona oeste de los Estados Unidos y la provincia canadiense de British Columbia); Daniel De Leon del Socialist Labor Party (el Partido Socialista del Trabajo es el partido socialista más antiguo de los EEUU); Eugene V. Debs del Socialist Party of America, Mary Harris Jones, conocida como «Mother Jones»; Lucy Parsons; Thomas Hagerty; William Trautmann; Vincent Saint John; Ralph Chaplin; Elizabeth Gurley Flynn; James Conolly; James P. Cannon y muchas más. Estas personas no sólo darían forma a la IWW, sino que jugaron roles muy significativos en los movimientos obreros y revolucionarios.
La IWW creció rápidamente en los años previos a la Primera Guerra Mundial, encontrando un gran éxito organizándose en aquellos sectores ignorados y con aquellos trabajadores excluidos por la AFL. En la zona noreste de Estados Unidos organizó varios paros en los molinos y fábricas textiles y de acero, con ejemplos notables como la huelga de 1909 llamada Pressed Steel Car Strike (del sector de los coches de acero prensado) en McKees Rocks, Pennsylvania; o la huelga de 1912 denominada Lawrance Textile Strike (de los trabajadores del textil) en Lawrence, Massachusetts. En la zona oeste de Estados Unidos la IWW organizó a los trabajadores de las minas, de la madera y la agricultura, celebrándose huelgas tan notables como las de la Agricultural Workers Organization (organización de trabajadores de la agricultura) que tuvieron lugar entre 1915 y 1917 o las huelgas del Lumber Workers Industrial Union (sindicato del sector de la madera) que tuvieron lugar entre 1916 y 1917.
Sin embargo, según comenzó la Primera Guerra Mundial, la clara oposición de la IWW a la guerra captó la atención del gobierno federal y de varios gobiernos estatales. Se aprobaron leyes con el objetivo de criminalizar el sindicalismo que condujeron a la detención de militantes de la IWW. La organización también fue objeto de redadas durante el primer Red Scare, Temor Rojo: persecución gubernamental anticomunista y anti-anarquista de grupos revolucionarios y pacifistas opuestos a la Primera Guerra Mundial.
En las siguientes décadas, a lo largo de un periodo de baja afiliación debido a la represión, el legado del sindicalismo sectorial de la IWW y la democracia de bases influenció la formación de nuevos sindicatos, incluyendo la United Electrical, Radio and Machine Workers of America (UE) (siderometalúrgia) y el Congress of Industrial Organizations (CIO), federación de sindicatos de ramo con presencia en Estados Unidos y Canadá que estuvo activa de 1935 a 1955. En los años siguientes se aprobaron diversas leyes que obligaban a los sindicatos a firmar «juramentos anti-comunistas». La IWW fue una de las pocas resistentes que se negaron a firmar esos juramentos, y aunque esto impactó en la posibilidad de crecimiento de la organización, resultó en unas bases compuestas por gente con verdadera conciencia de clase. La afiliación de la IWW jugaría un papel muy significativo en la agitación y educación de la clase trabajadora a lo largo y ancho de Norteamérica.
«An injury to one is an injury to all», si nos tocan a una, nos tocan a todas, es el lema del sindicato de la «Industrial Workers of de World. IWW» Trabajadores Industriales del Mundo.
En 2016, la estructura de la IWW cambió con la formación de las Administraciones Regionales (RA). Las RA funcionan como la organización central de la IWW pero dentro de su propia jurisdicción geográfica, proporcionando los servicios a la afiliación de ese territorio. Antes de esta reorganización, toda la afiliación de la IWW estaba proveída por la Administración General, cuya sede está en Chicago, Illinois. Las RAs están unidas por los «Principios y Reglas Rectores Internacionales» de la IWW y pueden coordinar entre ellas una Convención Internacional. Las dos RAs actualmente vigentes en la IWW son la Administración Regional de Norteamérica (NARA) —principalmente compuesta por la IWW a través de Estados Unidos, Canadá y México—; y la de Gales, Irlanda, Escocia e Inglaterra (WISERA) —que consiste en la IWW en Europa y Australia. Además de las RAs, están los Comités de Organización Regional (ROC) que crean su propia administración a una escala más pequeña. Junto con la NARA, está el Comité de Organización Territorial Canadiense (CANROC), y junto con WISERA se encuentra el Comité Regional de Organización del Área de Lengua Alemana (GLAMROC) y el Comité de Organización Regional Australiano (AUSROC).
En 2017 la NARA-IWW ingresó en la Confederación Internacional del Trabajo, una asociación internacional de sindicatos revolucionarios de todo el mundo.
La afiliación en NARA ha crecido rápidamente en los últimos cinco años, siendo algunas de sus secciones más grandes —Sindicatos Sectoriales— las de trabajadoras del sector de Educación e Investigación; Derecho y Finanzas; Alimentación y Comercio, Comunicación y Tecnología e Impresión y Publicación. A mayores de estos sindicatos sectoriales, hay muchas campañas activas para organizar los centros de trabajo. La IWW también permite la afiliación de miembros de otros sindicatos sin perder ninguna membresía —conocidos como dual card holders (titulares de tarjetas dobles)— quienes potencian tácticas y estrategias de la IWW dentro de otros sindicatos. Asimismo la IWW continúa construyendo su Incarcerated Workers Organizing Commitee, una sección dentro de la IWW liderada por trabajadoras encarceladas cuyo objetivo es abolir la esclavitud carcelaria y que formó parte de la coalición que condujo en 2016 a la huelga de prisiones más grande de la historia de Estados Unidos.