Herramientas para frenar recortes y arrancar derechos

El pasado 14 de diciembre tuvo
lugar en Valladolid un nuevo seminario organizado por la secretaría de
Formación y Estudios del Secretariado Permanente del Comité Confederal. En esta
ocasión, se trataba de abordar la negociación colectiva, analizando las
herramientas jurídicas y psicológicas necesarias para afrontar de forma eficaz
esta cuestión.

Redacción | Periódico CNT

Fotografía: Carlos Martín

En sesión de mañana y tarde, el
seminario se dividió en tres partes. La primera de ellas relativa al estudio de
la psicología social de la negociación en el contexto de la globalización
neoliberal, a cargo de Anastasio Ovejero Bernal, catedrático de Psicología
Social de la Universidad de Valladolid. La segunda, relativa a la negociación
colectiva defensiva y ofensiva de la CNT. Y la tercera, sobre las diferentes
experiencias de negociación colectiva llevadas a cabo, estas dos últimas partes
impartidas por la secretaría de Jurídica y su grupo de trabajo.

El factor psicológico

El profesor Anastasio Ovejero
quiso incidir en la importancia del contexto de la globalización neoliberal a
la hora de entender cómo una fase de negociación actualmente entre empresarios
y trabajadores se ve absolutamente condicionada por la fuerza de los primeros
en detrimento de los segundos. En este sentido puso como ejemplo de falso
modelo de negociación la última reforma laboral del PP. Y es que para que pueda
existir negociación, resulta imprescindible un cierto equilibrio de poder entre
las partes.

El mero conocimiento de la
psicología social no es suficiente para negociar con eficacia, también es
importante tener mucho sentido común, un gran conocimiento de muchos y variados
campos de la psicología humana y poseer ciertas habilidades sociales. En este
sentido remarcó que la negociación es más un arte que una ciencia, y por lo
tanto no existen recetas sino que es algo que se debe aprender y entrenar.

Negociación defensiva y ofensiva

Diego Ruíz, secretario de
Jurídica y Pablo Agustín, del grupo de trabajo en esta área, ofrecieron una
serie de argumentos y pautas para enfocar la negociación desde la posición
defensiva y ofensiva, según el momento y las circunstancias en las que el
sindicato se encuentre.

En la parte defensiva, hay que
tener en cuenta que las reformas laborales aprobadas en los últimos años han
consistido en dar más facilidades a las empresas para realizar todo tipo de
ajustes y despidos colectivos (ERE, ERTE…). Ante este contexto en las
reestructuraciones en empresas en crisis, hay que tener en cuenta los tiempos,
la existencia o no de causas objetivas, la viabilidad de las empresas, los
aspectos estructurales y coyunturales, la postura empresarial, el carácter de
la plantilla… es decir, anticiparse a estas situaciones para gestionar y lograr
oponerse a estas medidas.

Pero no solo conviene resistir,
sino que se deben aprovechar aquellos momentos oportunos para pasar a la
ofensiva y luchar, no sólo por conservar las condiciones de trabajo, sino
tratar de mejorarlas. En este sentido, la CNT parte con ventaja en cuanto que
ofrece un modelo en el que para poder defenderse bien, incluso a nivel legal,
su principal baza es el ataque, «poniendo de
manifiesto el conflicto de intereses entre empresarios y trabajadores mediante
la acción sindical constante».

A
su vez, al no tener el sindicato presencia en sectores enteros, debe orientarse
hacia los convenios de empresa, ofreciendo la ventaja de que allí donde los
trabajadores estén organizados tendrán buenos convenios, por lo que la sola
búsqueda de unas mejores condiciones de trabajo, hará que otros trabajadores no
organizados terminen por afiliarse a los sindicatos que promuevan esas mejoras,
«aspecto que no sucede cuando un convenio general garantiza unas condiciones
para todos con independencia de su pertenencia o no a un sindicato».

Otro
factor importante es que las diferentes normativas (CE, ET y LOLS) respecto a
la negociación colectiva respaldan el modelo de la CNT en el sentido de que
está legitimada para firmar convenios y ejercer la representación legal de los
trabajadores aun careciendo de representatividad en el sentido legal. En este
sentido cabe remarcar que el Tribunal Constitucional acuñó hace décadas el
criterio de la implantación, y la CNT es un sindicato que aboga por la
desaparición de la representatividad en beneficio de la implantación. Todo ello
lo que viene a reflejar es que no hace falta participar en las elecciones sindicales
y los comités de empresa -como muchas veces se ha hecho creer- para poder
actuar con garantías dentro del marco legal.

En
cuanto a las fases en la negociación de un convenio, nos encontramos con la
tarea de sensibilizar primero a la plantilla, el inicio de la negociación misma
y la firma del acuerdo. En este aspecto hay que tener en cuenta la coexistencia
de otros sindicatos dentro del proceso negociador y en función de la fuerza que
tenga la anarcosindical, intentar que esa negociación se realice conforme a
nuestros parámetros que pasa por la decisión de las secciones sindicales y no
de los comités de empresa, con la ventaja de la flexibilidad y la autonomía de
la que gozan nuestras secciones.

Experiencias de negociación

Todo
lo anteriormente expuesto es posible llevarlo a la práctica en cualquier
situación o lugar. En este apartado Elia Martín y Jaime Tudela, del grupo de
trabajo de Jurídica, abordaron cuestiones desde la creación de las secciones
sindicales a como aumentar la afiliación, convocar huelgas o participar en la
negociación colectiva.

Es
el caso, por mencionar algunas de las plantillas con fuerte presencia
anarcosindicalista, de los trabajadores de IMESAPI que echaron atrás el ERE
planteado por la empresa, o más recientemente la lucha que están llevando a
cabo en Hoteles Ercilla, donde el comité de empresa deja de tener poder en
detrimento de la asamblea y el enfoque no solo es de enfrentarse a la situación
salarial sino también discutir la gestión a la directiva de la empresa.

Todo
esto, sustentado con un importante trabajo detrás del grupo de Jurídica (sin
haber perdido ninguna sección sindical durante seis años y con un claro avance
en el número de secciones por todo el territorio) y bajo la labor colectiva de
la CNT respaldada por los acuerdos del X Congreso, otorgan al sindicalismo
revolucionario una alternativa real y con mucho futuro por delante.

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