Francisco Contreras, Niño de Elche, es una de las voces flamencas más
interesantes de la escena alternativa española, un ejemplar extraño de flamenco
donde arte y vida se confunden en libertad y anticapitalismo. Con él
conversamos sobre su último disco, un homenaje a Miguel Hernández atípico, centrado
en nuestro presente de luchas y confeccionado de forma colectivista.
Antonio
Orihuela | Periódico CNT
Pregunta.- ¿De dónde viene y
a dónde va El Niño de Elche?
Respuesta.- Vengo del flamenco, de la canción de autor, de la poesía, del
metal, del minimalismo, del serialismo, de lo industrial, de lo contemporáneo.
Voy hacia la búsqueda y la mezcla de más influencias artísticas para ir alimentando
mi discurso que siempre intento que esté en proceso y así poder acortar la
distancia entre arte y vida.
P.- ¿Desde qué lugar hay que pensar el flamenco hoy?
R.- Me gustaría que se pensara desde la remezcla como factor crucial de la
creación artística y que todo ello se basara conceptualmente en las cuestiones
socio-políticas del momento. Creo que así conseguiríamos un flamenco que
realmente conectara con nosotros de una forma más sincera y directa.
P.- Frente al resto de los cantaores políticos, ¿qué te distingue?
R.- Hay dos diferencias que creo que son claves. La primera es que utilizo
el cuerpo como primer espacio de construcción del sujeto político y la segunda
es que procuro que los textos que selecciono sean lo más concretos posibles a
relación con los temas que esté tratando.
P.- Con tus cualidades vocales, ¿por qué no elegiste lo fácil, lo comercial,
no te dejaste querer por el mercado, por la tradición, por el poder?
R.- Porque quise ser fiel al discurso que iba naciendo en mí. Gracias a las
influencias que comentaba antes, pude abrir mis sentidos hacia lo que me
rodeaba y conectar con cuestiones a las que el flamenco no me invitaba y de las
que me apartaba cada vez más por sus formas estilísticas y estructurales. Di el
paso sin reflexionarlo como lo estoy haciendo ahora ya que es una especie de
llamada interior por la que te dejas llevar, porque crees en ello como fuente
de vida. Imagino que será como quien siente una llamada de fe hacia algo y da
el paso sin mirar las consecuencias. Eso es lo que me ha ido y me sigue
pasando, y gracias a que me sigo encontrando a gente afín a estas formas de
hacer sigo alimentando esa creencia de que el discurso fiel a un pensamiento es más
satisfactorio que cualquier mercado de poder.
P.- ¿Por qué un disco sobre poemas de Miguel Hernández?
R.- Es el primer referente de cualquiera que nazca en la provincia de
Alicante y tenga inquietudes por los problemas sociales de su tiempo. Después
de acercarme a él por motivos políticos fui descubriendo su magnífica obra. Cuando
creí que tuve el conocimiento suficiente de la vida y obra del poeta oriolano
emprendí varios trabajos los cuales me encaminaron a decir un Sí, a Miguel
Hernández.
P.- ¿Cuánto hay de experiencia colectiva en este Sí, a Miguel Hernández, tu último disco?
R.- Desde la narración biográfica de José Luis Ferris, a las voces que la
narran, los músicos colaboradores, los poetas y articulistas, los diseñadores,
los productores, los técnicos… Muchos han colaborado gratis y otros han cobrado
lo básico. Aparte de la cuestión altruista de la mayoría también han aportado
muchísimo desde sus visiones artísticas al proyecto aunque las composiciones en
su mayoría nacieran de mi iniciativa. Por todo ello considero el
periódico-disco como un trabajo colectivo, en cierta forma.
P.- ¿De qué están hechos hoy los vientos del pueblo?
R.- De componentes tóxicos. Para mí componentes tóxicos son desde los
productos químicos que contaminan los aires, la tierra y el mar hasta los
agentes institucionales que han contaminado al pueblo y han conseguido que el
pueblo sea el mayor enemigo del pueblo.
P.- ¿En qué proyectos andas entramado actualmente?
R.- Ando sumergido en presentaciones del disco Sí, a Miguel Hernández, realizando una producción rusa sobre el Don
Juan de Punsky, terminando el espectáculo “Al Cante” del bailaor Juan Carlos
Lérida, rodando con el espectáculo Cantes Tóxicos con Antonio Orihuela e Isaías
Griñolo, perfilando el espectáculo ToCaBa con Juan Carlos Lérida y Raúl
Cantizano, colaborando con grupos experimentales, queriendo seguir programando
el espectáculo Vaconbacon, Cantar las fuerzas, etc.
P.- ¿Por qué regalar tu música en un mundo donde nada es gratis, Paco?
R.- Cuando uno reconoce que
lo que pueda componer es cuestión de la remezcla, de las influencias de unos y otros
y del aprendizaje de lo que a uno le rodea, cuando se llega a ese
convencimiento nunca se te
puede pasar por la cabeza que lo que compones es tuyo. Son conceptos de
posesión que van en contra del sentido común y quién defienda esas posturas le
está haciendo el juego a la mafia, llámese SGAE, AIE o cualquier otra entidad
de gestión.