Había una vez un circo

COLUMNISTAS | ENRIQUE HOZ

Leyendo
las publicaciones de otras organizaciones sindicales, tanto en
formato físico como digital, me cruzo con datos y opiniones de todo
tipo. Se pueden contrastar planteamientos, algunas valoraciones
concretas pueden ser compartidas pero, dada nuestra diferencia en
cuanto al modelo sindical, la lente con la que lo veo tiene diferente
graduación.

Recientemente,
el sindicato ELA ha publicado los resultados de las Elecciones
Sindicales en la CAPV con fecha de cierre 31 de Diciembre de 2014.
ELA se congratula de consolidar su amplia mayoría con una
representación del 39’88%, en segundo lugar CCOO con un 19’23%, le
sigue LAB con un 18’34%, a continuación UGT con un 11’69 y cierra el
cuadrante un 10’87% asignado a otras organizaciones y no sindicados.
No aparece por ningún lado el porcentaje de abstención.

Para
quien no esté familiarizado con el entramado de las Elecciones
Sindicales, apunto, a muy grandes rasgos, que se trata de una farsa
gracias a la cual se traslada al seno de las empresas el timo de la
elecciones parlamentarias, con la diferencia de que el proceso de
voto secreto no se concentra en un solo día, sino que se alarga
varios meses durante los cuales se van eligiendo a los trabajadores
que forman parte de las candidaturas.

Gracias
a este circo, en el que el papel de payaso listo y payaso tonto no
queda bien definido, los sindicatos que participan obtienen la
ansiada representatividad, concepto muy cotizado y elevado a los
altares de los despachos, primo/hermano del concepto de
competitividad que tanto gusta manejar a la Patronal. De esta forma,
el sindicalismo supedita su capacidad a los privilegios que le otorga
una ley diseñada con cartas marcadas, covirtiéndose en un
sindicalismo de construcción institucional en detrimento del
sindicalismo como asociación.

Destaca
ELA que, junto con LAB, alcanzan un máximo de representación
histórica (58’22%), sacando una diferencia de 27’3 puntos a la suma
de CCOO y UGT (30’92%), ya que es la mayor diferencia obtenida en
cualquiera de los procesos electorales anteriores. Bonito panorama
utilizar la representatividad para hacer de la clase trabajadora un
terreno parcelario contaminado con la pugna territorial.

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