a David González
Poco queda ahora
de lo que antaño fui:
el niño fascinado
el adolescente inquieto
el joven rebelde
el amante cautivador.
Las baldosas del camino
ahora son negras
blancanieves se hizo bruja
la bella durmiente
ahora es burguesa
la luna de miel
se ha terminado
el hechizo finalmente
se rompió.
Los niños envejecen
en sus casas
la traición aflora
en cualquier gesto
babilonia alienó
a los hombres libres
todo es simulacro y mentira
recuento y oxidación.
Queda ahora sólo
una guerra
esta trinchera
el corazón
del mundo a tiro
y un revólver listo
para disparar.
Desterrado
pero no vencido
humillado
pero aún sin dueño
me encontrará
al amanecer
el amo
sin postrarme
ante nadie
en mi puesto.