Manifestación 12:00 h. Plaza del Infantado. Bloque obrero combativo.
Otro primero de mayo más, como todos los años, volvemos a salir a las calles. Volvemos a reivindicar la memoria de un movimiento obrero que, con mucho esfuerzo
y sufrimiento (algo que a veces parece olvidarse) consiguió a lo largo
de los años y las luchas una importante cantidad de derechos sociales y laborales.
Derechos que, aun siendo insuficientes, hoy en día están siendo cercenados de manera brutal por las élites políticas y económicas
de este país y del entorno europeo. Y es que, por más que se pregone
que ya estamos saliendo de la crisis que lleva atenazándonos 6 años, que
comienzan a verse brotes verdes y que los indicadores macroeconómicos
son positivos, la realidad diaria para los millones de trabajadores y
trabajadoras de este país es cada vez más trágica. El paro persiste, los
desahucios continúan, las prestaciones se acaban, la capacidad de
subsistencia de las familias es cada vez menor y los empleos creados son
prácticamente todos temporales y de una precariedad abrumadora. La
crisis continúa y así lo hará mientras permanezcamos en este sistema que
prima ante todo el beneficio privado por encima de las necesidades
humanas básicas.
Sin embargo algo parece distinto en este primero de mayo. La movilización popular,
que lleva años trabajando y aprendiendo de aciertos y errores, continúa
creciendo y construyendo proyectos comunes, solidarios y encaminados a
la consecución de la justicia, la igualdad y la libertad reales que
tanto ansiamos. El pasado 22 de marzo supuso
un punto de inflexión, cuando vimos cómo millones de personas se
manifestaban en Madrid contra las políticas que nos están sumergiendo en
la miseria y demandando algo tan básico como pan, trabajo y techo. El
esfuerzo desde abajo, con una organización asamblearia de decenas de
organizaciones, demostró que se puede conseguir tal afluencia de
personas sin necesidad de recurrir a los grandes sindicatos de
concertación como CCOO y UGT.
Pero hay algo que desde CNT queremos hacer notar, y es que no podemos olvidar la importancia del sindicalismo combativo, del anarcosindicalismo.
Es necesario que aprendamos a organizarnos en las calles y en los
barrios, pero también es crucial que sepamos hacer frente a las
agresiones de políticos, banqueros y empresarios en los centros de trabajo, que son el pilar principal de funcionamiento de la sociedad. Debemos recuperar la lucha sindical,
una lucha sindical sincera, desde la base, horizontal y asamblearia,
fuera de subvenciones estatales y que escape a las dinámicas pactistas
de CCOO y UGT, organizaciones que no tienen ningún reparo en sentarse a
comer con la patronal o en traicionar las luchas legítimas de
trabajadores (como vimos recientemente en Iberia o en Panrico).
La
salida de la crisis no vendrá en forma de reducción de la prima de
riesgo, del crecimiento del PIB ni de la mejora de otros indicadores
macroeconómicos; como tampoco la traerá ningún proceso electoral, sea
para un comité de empresa, sea para un gobierno territorial. La salida
de la crisis vendrá de mano de la toma de conciencia
de las trabajadoras, de su autoorganización en los centros de trabajo,
de su acción en primera persona para hacer frente a los problemas que
les atañen, de la solidaridad y de la lucha constante más allá de 22M o de primeros de mayo, una pelea diaria por los derechos que nos han robado y por los otros muchos que aún quedan por conquistar.
¡LOS DERECHOS NO SE NEGOCIAN, SE CONQUISTAN!
¡VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!
¡SOLIDARIDAD, ACCIÓN DIRECTA, AUTOGESTIÓN, ANARCOSINDICALISMO!
CNT-AIT GUADALAJARA
